MEMORIA HISTÓRICA | CÁDIZ

«Cualquier historiador objetivo sabe que Ramón de Carranza no era franquista»

Los descendientes del que fuera alcalde de Cádiz defienden su honor y piden que se mantenga el actual nombre del estadio

Carlos Aranda es portavoz de la parte de la familia Carranza que sigue afincada en Cádiz

Ana Mendoza

El Ayuntamiento de Cádiz ha abierto el plazo para recibir las sugerencias para la nueva denominación del estadio municipal . La eliminación del nombre del campo Ramón de Carranza se une a la de la ahora Avenida 4 de diciembre y a la retirada de la placa de la finca en la que nació José León de Carranza, en la calle Cánovas del Castillo.

A la familia Carranza esta decisión no le llega por sorpresa debido a los precedentes y a que ya se había anunciado hace tiempo . Carlos Aranda Linares , bisnieto de Ramón de Carranza y representante de los Carranza, explica cómo afrontan los descendientes esta circunstancia en la que de nuevo se borra el nombre de un antepasado, en este caso además con la carga deportiva y sentimental que tiene el estadio y lo que representa para la ciudad.

Como representante de la familia Carranza, ¿cómo ha recibido la comunicación del inicio de los trámites para el cambio de nombre del estadio? ¿Se ha puesto en contacto el Ayuntamiento con usted para este proceso?

–Los descendientes de Ramón y José León de Carranza somos muchos y vivimos muy dispersos por diversas ciudades españolas y del extranjero. Yo solo he representado a una parte de la familia que, afincada en Cádiz, se ha visto directamente afectada por algunas de las medida tomadas a este respecto en nuestra ciudad, sus calles e inmuebles.

La primera noticia sobre los pasos que se iban a dar para modificar el nombre del estadio la recibí hace algunos meses por la prensa. Al día siguiente me envió un whatssap Martín Vila, concejal de Memoria Democrática , informándome brevemente del asunto. Entiendo que fue una comunicación de cortesía. Con idéntica cortesía le respondí expresándole, como en casos anteriores que han afectado a los dos alcaldes Carranza, mi desacuerdo, mi tristeza pero también mi respeto por la decisión tomada por el Ayuntamiento.

Para el cambio de nombre se aduce una vez más al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. ¿Está de acuerdo con ello?

–Para empezar por el principio, quisiera decirle que personalmente nunca he estado en desacuerdo con una ley de Memoria Histórica que, aprobada democráticamente por el parlamento, pretenda restituir la memoria y la dignidad de tantas personas que fueron víctimas injustamente silenciadas de una cruel Guerra Civil y que, por supuesto, intente recuperar los restos de cuantos de ellos sea posible para darles digna sepultura donde y del modo que sus descendientes consideren más oportuno. Mi desacuerdo es con la forma en que se viene aplicando dicha ley en nuestra ciudad: sesgada, de parte y apuntalada en las conclusiones obtenidas por algún historiador que vive a la sombra benéfica del partido que gobierna en la ciudad. De este modo, una ley que podía haber sido un elemento de reconciliación para quienes así aún lo precisasen, se puede terminar convirtiendo en una rencorosa arma arrojadiza para ajustar viejas cuentas resucitadas de tiempos de nuestros abuelos.

En este caso del estadio, ¿cree que tiene connotaciones franquistas para el cadismo y para la ciudad o piensa que es algo que va unido a la historia del club y los sentimientos de la afición?

–Entrando en el caso concreto del nombre del estadio, tengo que decirle que cualquier historiador versado sobre la época y con una objetividad incompatible con afinidades políticas sabe sobradamente que Ramón de Carranza no era franquista, entre otros motivos porque cuando dicho alcalde fallece en septiembre de 1937 el franquismo aún no se había conformado como régimen. Pero los argumentos y pruebas en los que me podría apoyar resultarían inútiles para convencer a quienes mantienen lo contrario porque únicamente escuchan la voz de su líder o a los que han encontrado una manera de «comer» subiéndose a esta ola. En cualquier caso y trasladándonos a nuestros días, no creo que ningún gaditano normal piense en Franco, el franquismo o en la Guerra Civil cuando cita o escucha citar la expresión «Estadio Ramón de Carranza» o «Trofeo Ramón de Carranza» en cualquier conversación o noticia de índole deportiva.

Pero aún le digo más: en la actualidad el nombre de Ramón de Carranza trasciende al recuerdo de aquel memorable alcalde, pues se ha convertido en una «marca», una seña de identidad que, citado una y otra vez por los medios de comunicación deportivos nacionales, se relaciona en toda España y en parte de Hispanoamérica con nuestra ciudad, nuestro deporte y nuestra oferta turística de verano. Este tipo de marcas o señas de identidad tardan décadas en consolidarse y suponen un valor añadido para las ciudades que las disfrutan, pues acaban convirtiéndose en una publicidad subliminal, permanente, gratuita y de gran eficacia turística. Perderla de un plumazo es renunciar a que Cádiz esté en la mente de muchas miles de personas de manera casi permanente. Cualquier economista o profesional del marketing sabe bien de lo que hablo.

Sobre la comisión que se ha creado y que actuará de ‘filtro’ para las sugerencias, ¿le parece que está debidamente representado el cadismo?

–El hecho de que el equipo de gobierno de Podemos y Ganar Cádiz organice una comisión para seleccionar (o sea filtrar) los nombres propuestos para el estadio resulta cuando menos llamativo pues les permite condicionar el que ellos denominan «proceso participativo» de los ciudadanos, especialmente cuando diez de las quince entidades o colectivos que integran esa comisión son ellos mismos o los suyos con otras denominaciones. Eso por no citar a las numerosas entidades incluidas en dicha comisión que, por su naturaleza y objetivos fundacionales, nada tienen que ver con el asunto que allí se ha de decidir.

Aunque el estadio es propiedad de todos los gaditanos, me parece evidente que la opinión del cadismo sobre el posible cambio de nombre habría de estar suficientemente representada por medio del Cádiz CF SAD, la Federación de Peñas Cadistas y la Asociación de Veteranos del Cádiz CF. Las dos primeras entidades han sido invitadas pero al menos el Cádiz CF SAD ha renunciado a participar en la comisión. Con la Asociación de Veteranos del Cádiz CF el Ayuntamiento no ha contado para nada . Imagino que esto ha sido así porque los políticos organizadores de esta peculiarísima comisión saben sobradamente lo que piensan de todo ello los futbolistas que han labrado sobre el césped del Ramón de Carranza la historia de nuestro club, futbolistas que desde sus asociación mantienen vivo un sentimiento cargado de recuerdos y símbolos para ellos imperecederos, entre los que sin duda se encuentra el tradicional nombre de nuestro estadio.

¿Y qué opina sobre que por parte del club se haya rechazado formar parte de dicha comisión?

–Resulta muy significativo que el Cádiz CF SAD rechace participar en el proceso y en la comisión creada a tal efecto. Por más que he leído la prensa, a día de hoy desconozco los motivos por los que el club no quiere implicarse en ello y, por tanto, no estoy en condiciones de opinar sobre su posición. Lo cierto es que en lo que respeta a este asunto largamente tratado en los medios de comunicación, los responsables del Cádiz CF SAD nunca han querido entrar en la polémica , mostrándose siempre prudentes y respetuosos con la ley pero también con la persona de mi bisabuelo Ramón. Sean cuales sean sus motivos para no participar en este proceso de cambio de nombre del estadio, seguro que son suficientes, meditados, de peso y respetables.

¿Qué nombre le gustaría que tenga el estadio?

–Pues Estadio Ramón de Carranza. Yo no le cambiaría el nombre por los argumentos que muy resumidamente le he expresado anteriormente y por otros que excederían con mucho el espacio de papel que LA VOZ DE CÁDIZ ha dispuesto generosamente para esta entrevista. Pero si alguno de sus lectores desea conocer los más importante logros y beneficios que la alcaldía de Ramón de Carranza produjo para la ciudad, le remito al artículo «A vueltas con el alcalde Ramón de Carranza» que publiqué en este mismo periódico el 26 de noviembre de 2017 y que se localiza fácilmente en internet.

Primero la Avenida Ramón de Carranza, después la placa de la finca en la que nació José León de Carranza. Ahora el estadio... Lo próximo, aunque no dependa del Ayuntamiento, podría ser el puente.

–Hasta la fecha éste es el último paso en el proceso de intentar borrar los nombres de Ramón y José León de Carranza de la historia de Cádiz y con ello ocultar a las generaciones presentes y futuras dos de las alcaldías que trajeron mayor prosperidad a nuestra ciudad en el pasado siglo : la del primero de ellos entre 1927 y 1931 y la del segundo entre 1948 y 1969. Los gaditanos que vivieron aquellos años lo saben bien.

No me extrañaría nada que el siguiente objetivo sea borrar el nombre del alcalde José León de Carranza que, con mucho más esfuerzo y tino que recursos económicos, consiguió que se construyera aquel puente sobre la Bahía que para fines de los años sesenta fue todo un hito de ingeniería en nuestro país. Si no estoy mal informado, ese cambio de nombre dependería del gobierno de Pedro Sánchez. Si es así, no deben tener ningún problema para lograrlo.

¿Qué valoración final hace la familia sobre todo esto?

–Como le he comentado anteriormente, la familia descendiente de los dos alcaldes Carranza es muy amplia y estamos muy dispersos. Yo no he contactado con todos ellos y por tanto prefiero hablar solo en nombre propio y en el de los que, por estar afincados en Cádiz, vivimos este proceso más de cerca.

Nuestra actitud es la respeto a todas las leyes vigentes aprobadas democráticamente, discrepancia con la manera de aplicar desde el Ayuntamiento de Cádiz la Ley de Memoria Histórica (o su concreción en la de Memoria Democrática del parlamento andaluz) y enorme tristeza al comprobar el desconocimiento y, en consecuencia, la casi nula valoración que actualmente tiene entre los gaditanos la ingente labor que Ramón y José León de Carranza realizaron en beneficio de nuestra ciudad.

Pero más allá de esta suerte de sentimientos negativos, no nos mostramos beligerantes contra quienes han emprendido esta campaña contra los Carranza porque no somos dados a hacer ruido ni a descender al barro de las pendencias en redes sociales. De hecho y desde la conocida discrepancia, yo me aplico en mantener una relación educada y correcta con el teniente de alcalde y concejal de Memoria Democrática, Martín Vila. Ese ha de ser nuestro comportamiento pues el apellido que hemos heredado nos obliga a ello. Únicamente nos limitamos a atender por cortesía a la prensa local cuando así se nos requiere para opinar sobre el tema, aunque creo que por nuestra parte hace tiempo que sobre este asunto ya está todo dicho.

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