Playas

¿Por qué se cerró este domingo la playa de Santa María del Mar en Cádiz?

Fuentes policiales aseguran que acudieron a la zona a regular la entrada y salida de bañistas tras enterarse por megafonía de que la playa había superado el aforo permitido

Los usuarios que salieron de la playa durante las casi dos horas que permaneció cerrada no pudieron volver a bajar

La Policía Local tuvo que levantar acta a bañistas que se encararon con voluntarios de Protección Civil. La Voz

Almudena del Campo

Cuando aún ni hemos entrado en temporada alta, los gaditanos ya tuvieron que hacer cola en una de las playas de la capital, la de Santa María del Mar , para darse un baño y disfrutar de este espacio, que tuvo que cerrarse al público en el momento en el que la marea estaba llena y se llegó al aforo permitido y establecido en el Plan de Contingencia de Playas elaborado por el Ayuntamiento de Cádiz, es decir, 3.648 personas .

Aproximadamente a las cinco de la tarde de este domingo 7 de junio, víspera de la entrada de toda la comunidad andaluza en la Fase 3 de la desescalada, se anunciaba por megafonía que la playa de Santa María quedaba cerrada al público .

La Policía Local que estaba de servicio en la playa, sorprendida al enterarse por esta vía, acudía al lugar para comprobarlo ya que, según fuentes policiales, nadie les había informado de manera oficial de que la playa se cerraba al público. «Nos enteramos por la megafonía de la playa ya que, al parecer, había alertado el patrón de la embarcación de salvamento que se encuentra en esta playa».

En esos momentos había pleamar y los agentes locales (cuatro de los ocho que había este domingo en las playas de la capital) pudieron comprobar que la playa ya contaba con demasiado aforo para seguir permitiendo la entrada de más usuarios. Así, se procedió a vallar los accesos y a efectuar controles de entrada y de salida de los bañistas.

En todo momento se informaba al público -por parte tanto de la Policía Local como de los voluntarios de Protección Civil- que si abandonaban la playa no podrían volver a bajar, hecho que motivó las quejas de algunos usuarios que querían subir a comprar a algún establecimiento del paseo marítimo.

Insultos a voluntarios de Protección Civil

De hecho, la Policía Local, alertada por Protección Civil, tuvo que levantar acta a varios menores que intentaron subir al paseo trepando por el muro con la intención de bajar de nuevo a la playa.

Al ser informados de que no era posible, éstos insultaron a los voluntarios de Protección Civil , que avisaron rápidamente a los agentes para que levantaran acta.

Los usuarios que estaban en la playa miraban sorprendidos las colas de ciudadanos que querían acceder a la playa, algo inesperado a principios del mes de junio.

Fuentes policiales aseguran que «si esto pasa un 7 de junio, qué es lo que nos esperará el próximo fin de semana que ya está permitida la movilidad entre provincias o el resto del verano, cuando venga la gente de fuera».

Una de las bañistas que se encontraba en la playa, Tamara, señala que sobre las seis de la tarde «decidí irme de la playa y me informaron cuando llegué a la parte de arriba de la rampa que si salía no tendría la oportunidad de bajar otra vez ». Añade que «yo no tenía intención ninguna de volver a la playa pero había gente que iba incluso descalza y que quería salir para comprar en el quiosco de arriba pero no pudo hacerlo porque no estaba permitido».

La «nueva normalidad»

Aunque las personas que estaban esperando la cola para acceder a la playa se lo tomaron con cierta paciencia, no cesaron los comentarios acerca de la «nueva normalidad» con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus o de lo «atípico» que será este verano a la hora de ir a disfrutar de las playas.

Andrés es un vendedor ambulante que lleva más de quince años ofreciendo su servicio en la playa de Santa María del Mar y asegura que «no se había visto nada igual hasta ahora aquí».

Confirma que las personas que estaban abajo «se tomaban con cierta guasa el hecho de que hubiera gente haciendo cola para bajar a la playa» añadiendo que «había mucha gente, sobre todo menores, que hicieron la trampa y accedían a la playa por la escalera de caracol o por el espigón ».

Este vendedor, que se gana la vida cada verano en esta playa, muestra su inquietud porque esta situación se repita en muchas ocasiones este verano asegurando que «aunque ayer no me hizo falta, yo tengo que subir a reponer de manera habitual lo que vendo». Confía que, al ser por trabajo y no por ocio, «me dejen subir y bajar sin problema» .

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