CRUCEROS

«En calle Compañía vivimos prácticamente del crucerista»

Contrasta la repercusión que tiene la llegada de estos viajeros a los comercios de calles como Pelota frente a los de Ancha, que también es zona turística

Las zapatería tienen éxito entre los cruceristas F. J.

MERCEDES MORALES

Los comerciantes cuentan la feria según les va, como todos. En los días fuertes de esta semana pasada, la calle Compañía ha estado a rebosar de turistas que acababan de desembarcar de un crucero , igual que San Juan de Dios o calle Pelota o la plaza de Las Flores. En la vía citada, se ubica un nuevo comercio La Virreina Coloniales, una revisión del comercio más añorado en Cádiz, un ultramarinos.

Esta tienda ha apostado por atraer a una clientela diversa, desde la abuela que busca las legumbres de calidad de toda la vida vendidas a granel hasta al veinteañero moderno que quiere la pasta más sofisticada y ecológica. También tiene un lugar importante el crucerista.

La empresaria María José Treviño ofrece vinos de la tierra a precios asequibles para cruceristas, entre otros muchos productos. «Algunos vienen incluso con una lista elaborada y si no tengo el vino que buscan los derivo a otros comercios especializados que están un poco más escondidos», apunta Treviño , quien concluye que «en calle Compañía vivimos prácticamente del crucerista».

María José Treviño en La Virreina Coloniales F. J.

Esto es algo que se aprecia a simple vista, por el número de turistas que se encuentran en ella y por el tipo de comercio, que se ha ido especializando hacia este público: zapaterías (en Carolina Boix no se podía entrar el miércoles pasado por la cantidad de turistas), tiendas de ‘souvenirs’ o ropa clásica como la que vende Eutimio , donde tampoco fue posible poner un pie porque estaba copado por cruceristas de avanzada edad. Treviño apunta algo muy interesante y es que «se nota muchísimo si el barco que viene trae un pasaje con elevado poder adquisitivo . Ese día sí que merece la pena abrir, aunque sea domingo».

También explica que otros muchos días no interesa subir la baraja del comercio, «sobre todo si el barco es muy grande» . Apunta que los productos más demandados también varían según la nacionalidad de procedencia:los ingleses buscan vinos y mermeladas de naranja amarga;los italianos, especies. Los argentinos, hablar un rato con la comerciante.

Como curiosidad, todos los comerciantes de Cádiz de las calles citadas comentan que por alguna razón les regatean el precio, especialmente los italianos, «como si estuviésemos en Marruecos».

La calle Ancha este viernes F. J.

Pero también llama la atención que en el Palillero parece haber una pared invisible que divide el circuito natural del crucerista. Si se sube solo a calle Ancha, una vía que tiene un gran interés turístico, apenas se encuentran cruceristas. Un comercio señero en esta calle, la librería Quorum , no es precisamente un negocio enfocado al viajero pero también vende algo a este tipo de público. Su dueño, Pedro Rivera, apunta que aunque a su comercio no le beneficia la llegada de cruceristas no cree que este sector perjudique a nadie y apoya cualquier medida que se tome para rentabilizar más estas visitas, como la señalética recientemente instalada.

Rivera apunta que la calle Ancha está viviendo una época de resurgimiento gracias a factores económicos externos y a la propia gestión de Cádiz Centro Comercial Abierto. «Hemos experimentado una renovación en el tejido comercial que está recogiendo sus frutos», señala. De cualquier forma, el crucerista no es la panacea. Suma, pero no debemos concentrarnos solo en ese sector. En nuestro caso, por ejemplo, nos resulta mucho más rentable el turista vacacional nacional, que viene con tiempo y ganas de leer».

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