TRIBUNALES

Al banquillo una banda acusada de un violento robo en Cádiz

Arranca el juicio a unos presuntos ladrones dominicanos que entraron en una casa con pasamontañas y armados y dentro amordazaron a la dueña

M. ALMAGRO

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cádiz juzga a partir de este lunes y hasta el próximo miércoles a una banda de dominicanos que está acusada de robar y retener a la propietaria de una vivienda de la zona de Extramuros de Cádiz capital. Los hechos sucedieron en noviembre de 2015 cuando dos individuos entraron por la fuerza en un dúplex tapados con pasamontañas y con un cuchillo de grandes dimensiones. Dentro retuvieron y amordazaron a la dueña de la vivienda que se encontraba acompañada de otra mujer, que también fue retenida. Para llevar a cabo el plan contaron con la colaboración de la empleada del hogar quien supuestamente les fue dando información.

La banda, formada por cuatro personas, se enfrenta a nueve años de cárcel acusados de los delitos de robo con violencia, detención ilegal y pertenencia a grupo criminal.

Ocurrió a las 12.40 horas del 25 de noviembre de 2015. Según relata la fiscal en su escrito de acusación el robo se perpetró siguiendo «un plan preconcebido» para llevarse de la casa «todo lo que encontraran de valor». Así, los acusados Leonardo B., Cristian T. y Santos S., residentes en Madrid viajaron hasta Cádiz y se dirigieron a la vivienda unifamiliar próxima a la plaza del Árbol.

Al parecer, la banda había elegido ese objetivo con la importante ayuda de otra de las acusadas , Maribel M. Esta era la la empleada del hogar de la hija de la propietaria. Además de información les llegó a dar una copia de las llaves de la vivienda de la víctima.

Para llevar a cabo el plan contaron con la ayuda de la empleada del hogar de la hija de la víctima

Pues bien, el día señalado los procesados se dirigieron a la casa para ejecutar el robo. Pensaban que la dueña, convaleciente de una intervención médica, estaría sola ya que, como les había indicado Maribel, su empleada del hogar descansaba y su marido también se encontraba en ese momento fuera.

Pero minutos antes de que entraran, la acusada la llamó para asegurarse de que sí estaba sola a lo que ésta le respondió que no, ya que finalmente su asistenta había ido a trabajar. Tras la llamada, Maribel avisó rápidamente a otro de los acusados de este cambio de planes. Sin embargo, siguieron adelante.

A la vivienda entraron los acusados Leonardo B. y C. Trinidad quedándose Santos en el exterior en contacto telefónico continuo con los dos primeros. Su misión era permanecer atento y preparado para cuando salieran sus compinches con el botín, huir de inmediato en el coche que tenían aparcado en las proximidades. Tenía que controlar que la operación iba según habían planificado.

Según continúa el relato del Ministerio Público, los acusados Leonardo B. y Cristian T. accedieron a la casa con la llave que les había facilitado Maribel. Una vez en su interior se taparon la cara con unas bragas destinadas al efecto. Además llevaban guantes, si bien Leonardo llevaba la parte final de los dedos libres y portaba un cuchillo de grandes dimensiones. Nada más entrar en la habitación donde se hallaba la dueña de la casa junto a su asistenta, las empujaron al sofá para que se sentaran y le ataron a ambas las manos uniéndolas , haciéndolo con una cuerda que cogieron del cajón, para seguidamente atarles también los pies con ropa de cama, imposibilitándoles así el movimiento. A la empleada del hogar además le colocaron una cinta de embalar en la boca.

Amenazaron a la propietaria con cortarle los dedos si no les decía dónde estaba el dinero

El momento más tenso llegó cuando los supuestos ladrones encontraron la caja de seguridad. Entonces se dirigieron a la propietaria y uno de ellos le amenazó con el cuchillo que tenía, al tiempo que le exigía que le diera el número de la clave. Ella les aseguró que no la sabía y fue entonces cuando señalándole los dedos le hicieron gesto de que podían cortárselos si no hablaba. «Mamita, eres mala», le decían. Sin embargo, no pudieron obtener dicha información.

Cuando acabaron de registrar y cogieron el botín, acercaron a la dueña una foto de su marido y le dijeron que «lo iban a esperar fuera y le matarían». Así dejando con un evidente ataque de nervios y ansiedad a las inmovilizadas, salieron rápido de la vivienda.

Pasado un tiempo y cuando ambas creyeron que ya se habían ido consiguieron desatarse y pedir ayuda por la ventana siendo vistas por una vecina que llamó a la policía y las liberaron.

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