Comienza la demolición del Hotel Caballo Blanco en El Puerto

La empresa propietaria del inmueble inició las labores de derrumbe de los dos edificios tras recibir en diciembre luz verde de la Junta de GobiernoLocal

Las máquinas comenzaron los trabajos de demolición.

M. A. / L. V.

La empresa propietaria del Hotel Caballo Blanco inició las labores de demolición de este establecimiento, después de que el pasado 28 de diciembre la Junta de Gobierno Local diera luz verde a la licencia para proceder a su derrumbe .

Con la entrada de las máquinas se pone fin a dos edificios emblemáticos pero también a un foco de peligro , ya que el abandono de estas instalaciones había convertido la zona en un lugar inseguro e insalubre. Sin embargo, con esta actuación, como recuerda el teniente de alcalde de Urbanismo, Ángel Quintana, «se da el primer paso para adecentar y poner en valor la zona, porque su demolición va a permitir la recuperación de este emblemático enclave que estaba siendo objeto de saqueo y actos vandálicos ».

De igual forma, tras congratularse por el inicio de estos trabajos, el responsable de Urbanismo cree que esta demolición abre la puerta a nuevos planes municipales para esta zona, «lo que siempre ha sido una prioridad de este Gobierno para recuperar la ciudad que El Puerto fue».

La licencia para la demolición se aprobó tras la solicitud presentada por la empresa propietaria del edificio, a la que se había requerido en diversas ocasiones el adecentamiento, limpieza y cierre de los huecos de las construcciones ante el riesgo de insalubridad y peligro que presentaban los edificios.

Radiografía de la decadencia de un referente de Valdelagrana

Okupas, indigentes, drogadictos, vándalos... por el Hotel Caballo Blanco ha pasado ya todo un catálogo de nuevos ‘huéspedes’ desde su cierre. Se ha robado hasta destrozar incluso falsos techos: telefonillos, puertas, marcos, columpios, ventanas, cajas registradoras, azulejos....No queda nada, el esqueleto y poco más. « La marca Caballo Blanco era un referente y prestigiaba a la barriada . Ha tenido una proyección internacional y ya... era un foco de infección», lamenta un vecino.

En 1962 abría en lo que se conoce como el Coto de Valdelagrana este emblemático hotel. Entonces, motel. De esos de carretera pero con lustre. «Todo el mundo se quería hospedar ahí, daba prestigio», recuerda otro vecino. «Hubo una Valdelagrana que estaba de moda. Recuerdo hasta agencias de periodistas que estaban aquí para seguir a los famosos». Pero aquello se fue abandonando, se fue apagando y se consumió. «Parecía que nadie se daba cuenta que el fuego había que avivarlo y ahora cuesta recuperar la zona».

Fue en octubre de 2006 cuando se echó el cerrojo a 44 años de historias . Sobre la mesa se quedaba un proyecto de ampliación por el que la promotora Aicosur compró el establecimiento a Meliá por 6,1 millones de euros . A la cadena hotelera ya no le era rentable el negocio y, entonces, comenzó la cuesta abajo.

La crisis y los cuestionados intereses urbanísticos para esta golosa parcela de unos 30.000 metros cuadrados hicieron el resto. Se habló de 80 puestos de trabajo , de un hotel completamente renovado, de un spa y de una galería comercial anexa pero, finalmente, el tiempo pasó y las posibilidades se esfumaron.

Al igual que el ladrillo que ya no resultaba tan tentador para los acuerdos de despacho. Aicosur entró en concurso de acreedores y, como parece ya una costumbre, el recinto cayó en manos de un banco.

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