ARTE

El grafiti como decoración alternativa de espacios públicos y privados

Las empresas encuentran en el arte urbano una nueva herramienta para que la imagen de sus negocios destaquen de cara al público

Segundo puesto en el I Concurso de Grafiti CC Tartessus. L.V.

ANA CRISTINA RUIZ

Una fina línea es la que separa el arte del vandalismo en el mundo del grafiti. Una palabra que, para muchos, tiene un connotación negativa pero que con el paso del tiempo parece que ha ido desprendiéndose de ella.

Hay quienes opinan que el grafiti daña la imagen de ciudades, comunidades y propietarios, pero otros ven en este tipo de arte un nuevo modelo decorativo del que beneficiarse. Grafiti, vandalismo y arte son el triángulo en el que se enmarca esta forma de expresión . Para contextualizar «el grafiti comenzó como vandalismo cuando alguien puso su nombre en una pared de Nueva York. Todos empezamos igual pero poco a poco ha evolucionado y hoy en día muchos nos ganamos la vida con eso», apunta Jesús Soriano Ñuku , escritor de grafiti.

Este joven grafitero asegura que es cierto que «la parte de vandalismo existe y que hay gente que se dedica a deteriorar la ciudad y las vistas». Sin embargo, resalta que la sociedad cada vez acepta más el arte urbano que les llama para cambiar la forma de decorar algunos sitios. En el caso de Ñuku, muchas empresas se ponen en contacto con él para darle un lavado de imagen a su negocio. Academias de inglés, guarderías, bares de copas o agencias de viajes, han sido los últimos encargos que ha tenido el escritor de grafiti chiclanero.

«Ellos buscan un valor propio a la empresa y gracias a ellas se está combatiendo la imagen negativa que podíamos tener. De hecho, las personas que ven mi trabajo lo asocian al arte y no al callejero . Esto es algo muy positivo», explica Ñuku. Pero esta nueva alternativa de decoración no solo ha entrado en las empresas, también en las viviendas y los colegios de algunas ciudades ya que muchos quieren «llamar la atención con un diseño más moderno, fresco y diferente»; venciendo al diseño tradicional. Las redes sociales también influyen en el apoyo a este tipo de iniciativas decorativas. Los jóvenes buscan locales con una imagen renovada y fresca; y las empresas lo saben.

En cuanto a la calle, los Ayuntamientos comienzan a ser más permisivos con el grafiti . En el caso de Chiclana, a través de la Escuela Municipal de Arte (EMA), se llevó a cabo un curso para jóvenes cediéndoles un muro para decorarlo. En relación a esto Ñuku resalta que es muy importante pedir permisos para pintar y apunta que «hace unos años era complicado conseguirlos pero cada vez es más accesible». Gracias a esto ha podido pintar murales en colegios, zonas públicas y en el Centro de Juventud.

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