Vigilancia Aduanera, los grandes olvidados en la caza a los narcos

Más de 80 funcionarios del SVA del Campo de Gibraltar lanzan un S.O.S y denuncian ante la Agencia Tributaria la imparable violencia de los narcotraficantes

S. Fernández

El narcotráfico sigue haciendo mella en el Campo de Gibraltar . La presión policial y los éxitos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado están arrojando magníficos resultados pero la escalada de violencia de los narcos continúa pasando factura a los agentes desplegados en esta comarca de la provincia de Cádiz.

El foco mediático se ha puesto hasta el momento en el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, que acaparan titulares por las intervenciones realizadas, los ataques y agresiones de los que vienen siendo objetos sus efectivos y las denuncias de sus respectivos sindicatos ante la falta de medios humanos y materiales.

Pero hay otros efectivos en esta ingente lucha que lo están dando todo y que han lanzado un S.O.S. Se trata de los funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), dependientes de la Agencia Tributaria, que alertan de la brutal escalada de violencia de los narcotraficantes y que exigen atención y medios para ganar esta batalla.

Así lo han plasmado más de 80 funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera adscritos a la Unidad Combinada de Algeciras y a la Unidad Operativa de La Línea de la Concepción, en un escrito que han remitido este mismo mes al director general de la Agencia Tributaria y del que este diario ha conseguido una copia.

En su presentación lo dicen todo: «Somos funcionarios que, siendo desconocidos por la población española y los grandes olvidados en la guerra contra el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, a pesar de nuestra efectividad, realizamos el mismo trabajo que los compañeros de Guardia civil y Policía Nacional en el ámbito de nuestras competencias, con salarios inferiores e iguales presiones que ellos, noche tras noche, con horarios y turnos que varían de forma constante y que hacen mella en nuestro físico; además del estrés y la carga de trabajo a los que estamos sometidos», indican en la misiva.

En este sentido, alertan del deterioro físico que soportan debido «a las continuas carreras que realizamos todas las noches de patrulla en el mar y en tierra, con recursos limitados, tanto materiales como humanos, y condiciones de trabajo no demasiado óptimas».

Estos funcionarios sostienen que están desbordados y califican de frustrante la situación que soportan, pese a lo que resaltan que sacan el trabajo adelante «con profesionalidad, esfuerzo y amor propio a pesar de las trabas».

Cada vez más agresivos

Alertan de la escalada de agresiones y violencia que vienen soportando por parte de los narcotraficantes en el Campo de Gibraltar y llaman la atención sobre las nuevas generaciones: «Las nuevas generaciones de narcotraficantes plantan cara a los funcionarios, cada vez con más frecuencia y violencia».

Apedreamientos en alijos en las playas, embestidas con vehículos, vejaciones y presiones «tanto al salir de servicio como en el ámbito familiar cuando somos reconocidos», aseguran.

En el mar, más de lo mismo: los narcos les lanzan objetos contundentes y peligrosos, como bolas de petanca, y les amenazan con armas de fuego. Incluso denuncian que intentan quemar las patrulleras.

«Además, efectúan maniobras cada vez más temerarias para evitar ser detenidos». De hecho, ha habido funcionarios heridos en más de una embestida en los últimos meses.

Solos durante la presión migratoria

Otro aspecto que llama la atención es que sostienen que el SVA ha sido «prácticamente» el único Cuerpo que ha estado en el mar combatiendo el narcotráfico durante la presión migratoria que ha azotado al Estrecho de Gibraltar este año.

Sicarios

Otro apunte preocupante de su denuncia es que los narcos están recurriendo a sicarios en la zona para proteger sus intereses y recursos, al tiempo que ratifican los sofisticados medios tecnológicos de los que disponen los ilícitos En este sentido, consideran urgente que se aumenten las inversiones para corregir este desequilibrio.

Asimismo denuncian la falta de chalecos antibalas, armas y sistemas de defensa e incluso de comunicaciones, llegando a asegurar que están teniendo que utilizar en ocasiones incluso sus teléfonos personales. También alertan de las continuas averías de los medios marítimos, aéreos y terrestres.

Un destino a evitar

Pero es que además, aseguran que ningún funcionario quiere venir destinado al Campo de Gibraltar «cobrando lo mismo, trabajando mucho más y corriendo mil veces más riesgo que los que ejercen en otras unidades. Los que vienen solicitan el traslado en cuanto pueden. No hay arraigo», indican.

Para estos más de 80 funcionarios , la situación que se vive en el Campo de Gibraltar es sumamente grave y plantean sus demandas a la Agencia Tributaria.

Entre las mismas, figuran un protocolo escrito de cómo detener las narcolanchas en el mar, el reconocimiento de especial singularidad de la zona de manera que se compense a los funcionarios con un complemento porque insisten en que cada día se juegan la vida; la disponibilidad de armas no letales para repeler las agresiones y sistemas de defensa, un sistema de comunicaciones adecuado, la equiparación salarial con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y la modernización de la flota de vehículos.

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