La bicicleta le da la vuelta a Cádiz

No era solo pintar dos líneas paralelas en el suelo y confiar en el civismo de ciclistas y peatones. No. El plan para crear una red de carriles bici completa y segura en Cádiz es mucho más que eso. La apuesta por las dos ruedas va a cambiar el modelo y el concepto de ciudad.

La movilidad será más sostenible y la ciudadanía va a tener que hacer un ejercicio de reeducación para asimilar que una apuesta tan fuerte no solo no sale gratis, sino que va a tener sus consecuencias directas en la vida diaria de miles de personas.

Hace dos semanas el Ayuntamiento de Cádiz y la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía firmaron un convenio para el desarrollo de la red de carriles bici de Cádiz que ha costado mucho consensuar.

Las características físicas de la ciudad requerían de muchas excepcionalidades. «No es lo mismo usar la bicicleta para ir de la periferia al centro que usarla para moverse por el propio centro», decía ayer mismo Teófila Martínez.

En Cádiz el ciudadano de a pie, de a motor o de a pedales, se mueve en cinco kilómetros cuadrados. No hay periferia más allá de un parque natural aún por explotar. Por eso la bicicleta lo va a marcar todo a partir de ahora. Eso sí, siempre con la premisa indiscutible de que la prioridad la tiene el peatón.

Justo para eso se ha hecho una nueva ordenanza para el transporte en bicicleta, para determinar los derechos y obligaciones de los ciclistas, pero sobre para dejar claro que en Cádiz el peatón, el paseante, es el rey.

Dicha ordenanza está a punto de aprobarse, de momento está en fase de exposición pública y a día de ayer tan solo se había recibido una alegación de un particular.

Esta nueva ordenanza, así como toda la legislación relacionada, es parte del contenido que se puede consultar desde ya en la página web www.carrilbicicadiz.es, puesta en marcha por el Ayuntamiento de Cádiz para que todo el que lo desee haga un viaje virtual por el carril bici de la ciudad.

Se ofrecen vídeos, fotografías, infografías de los trazados, los que ya están construidos (unos 10 kilómetros) y los que quedan por construir ( otros 20).

Hay también un apartado dedicado a los tramos especiales. En el mismo se adelantan las soluciones, algunas definitivas y otras abiertas a la discusión con los actores implicados, para la inclusión del carril bici en las zonas problemáticas por factores como la estrechez del acerado. Es aquí donde la construcción del nuevo viario va a tener consecuencias más drásticas.

Preferencia sobre los coches

El Campo del Sur es una de las zonas más complejas de la ciudad a la hora de hacer compatible el uso de las bicicletas con el resto del tráfico rodado y el peatón.

En un primer intento del Ayuntamiento por propiciar la red de carriles bici en la ciudad se optó por pintar en la propia acera el carril bici, que aunque se adaptaba a las recomendaciones procedentes de la administración, no resultaba cómodo ni para los ciclistas ni para los peatones.

Por ello, desde el Ayuntamiento se ha optado por mejorar, contando con las variables urbanísticas que tiene este trazado, la compatibilidad de la bicicleta con el tráfico rodado y el peatón.

Esto implica que en la zona comprendida entre la calle Garaicoechea y el Teatro Romano las bicicletas bajarán de la acera para continuar su recorrido por la calzada. Lo mismo sucederá en otro tramo complejo como es el frente de La Caleta.

Esta solución obligará a compatibilizar el tráfico de los vehículos a motor con las bicicletas. La prioridad será para los ciclistas. Esto quiere decir que los coches tendrán que circular tras ellas y adaptarse a su ritmo. En cualquier caso, la velocidad en estos tramos de la circunvalación del casco histórico se va a limitar a 30 kilómetros por hora.

Para facilitar la incorporación de las bicicletas a la calzada se van a colocar una serie de núcleos semafóricos que regularán el tráfico.

Otro de los tramos que mayores incidencias presenta a la hora de incluir el carril bici en su trazado es el del borde marítimo de la ciudad entre el Baluarte de San Roque y Cortadura, ya que obliga al cambio de multitud de aspectos importantes, como es la instalación de los contenedores de basura, el paso de los autobuses o la eliminación de aparcamientos.

Para ello existen varias alternativas, desde compatibilizar el paso de la bicicleta con el del tráfico motorizado por la misma calzada hasta dejar el Paseo Marítimo en un único sentido.

En este sentido, el equipo de Gobierno ha decidido que esta acción conlleva tantos cambios que es necesario contar con la opinión de los ciudadanos, especialmente de los que viven y trabajan en la zona, así como del colectivo de taxistas y del sector de la hostelería.

Desde luego la opción que tiene más visos de salir adelante es la de dejar todo este tramo con un solo sentido de circulación. La disponibilidad de tres avenidas de doble sentido en la ciudad (principal, Juan Carlos I y la antigua carretera industrial) permite que esta solución no sea especialmente dramática. Eso sí, habrá que salvar aspectos como los accesos a las zonas de garajes privados.

Esta decisión también conllevaría el cambio del aparcamiento de cordón a batería y que la línea 7 de autobuses tan solo tendría opción a un único sentido, igual que el resto del tráfico, lo que provocaría una serie de cambios en el dispositivo del transporte urbano de la ciudad.

En la zona entre el Hotel Playa Victoria y Cortadura, donde ya existe un único sentido del tráfico, la solución, aún por definir, pasaría también por compatibilizar el tráfico de las bicicletas y de los vehículos motorizados.

La nueva red de carriles bici permitirá ir de una punta a otra de la ciudad, pero también se podrá cruzar, por ejemplo, de la avenida de la Bahía hasta el Paseo Marítimo o de Cortadura a Puntales, así como de San Severiano a la avenida Fernández Ladreda.

Esto conlleva que algunos tramos de la ciudad se puedan ejecutar con gran facilidad al contar con calzadas amplias o que exista poco núcleo residencial, pero hay otros tramos de Extramuros que presentan dificultades a la hora de ponerlos en marcha.

Menos aparcamientos

Este es el caso de la conexión del paseo marítimo con la avenida Juan Carlos I por calles como Tolosa Latour, Ciudad de Santander o Granja San Ildefonso. La solución para estas vías pasa en ocasiones por la compatibilidad de coches y bicicletas, pero también obligará, como en la calle Tolosa Latour a eliminar plazas de aparcamiento.

La solución elegida no es exclusiva para esta zona, los mismo ocurrirá en algunos puntos de la Alameda Apodaca o la calle Fernández Ballesteros.

En todo el Paseo Marítimo, los coches pasarán a aparcar en batería, y no en cordón como hasta ahora en uno de los laterales, perdiéndose todas las plazas del lado contrario.

No obstante, la solución definitiva para todos estos tramos especiales, sobre todo para el del borde marítimo, va a ser consensuada con los vecinos y comerciantes afectados. El Ayuntamiento va a poner en marcha distintos instrumentos para recabar sus opiniones y recomendaciones.

A este respecto, hay que indicar que la nueva web ya ofrece la posibilidad de contactar con el Ayuntamiento para recoger estas impresiones previas.

Aunque los diseños definitivos de los trazados están por definir (no habrá uniformidad), sí que hay otras zonas donde se va a dar un tratamiento especial al paso de las bicicletas. Un ejemplo es el nuevo Paseo de Santa Bárbara, al que se dará la consideración de zona ciclable (las bicis comparten espacio con el peatón que tiene siempre la prioridad).

En este caso no se marca el circuito, por lo tanto allí podrían estar los niños pequeños con sus bicis sin ningún problema de seguridad.

Todo este plan, que debe estar desarrollado por completo en la plazo de dos años contiene muchas más variables y novedades. Algunas de las soluciones planteadas aún podrán variar, pero lo que parece evidente es que la movilidad en la ciudad va a cambiar por completo.