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Pituquete, el duende chileno del flamenco

Andrés Hernández, discípulo de Carlos Lederman y Manolo Sanlúcar, trae a Cádiz 'Abra', un trabajo con sonidos sudamericanos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Abra. Ese espacio ancho y despejado entre cordilleras, donde la blancura irrumpe y da paso a la claridad. Abra es el lugar que ha inspirado a Andrés Hernández, Pituquete, para componer su segundo trabajo discográfico. Un álbum flamenco pero que, a diferencia de su primer disco, 'Barrio de Santiago', destila una sonoridad sudamericana. Nuevos aires para la misma esencia, la de la guitarra jonda. 'Abra' es también, según destaca Andrés Hernández, una propuesta con un mayor grado de profesionalidad. Grabado en los estudios Trafalgar de El Puerto de Santa María bajo la supervisión de Curro Ureba, el disco incluye unas bulerías cantadas por la gaditana Encarna Anillo y recoge toda la experiencia vital de Pituquete desde que se vino a vivir definitivamente a España. «Todo lo que he aprendido estos años, en tablaos, en las peñas con la gente del cante... Ese camino no se puede enseñar, solamente vivir», destaca el guitarrista, que hoy da a conocer su trabajo en el Centro Flamenco La Merced.

Hasta el barrio de Santa María llegan los ritmos de este discípulo de Carlos Lederman, pionero en los estudios de guitarra flamenca en el país andino. Hernández no esconde sus raíces, sino que se vale de ellas para hacer su mejunje de arte jondo. «Las veces que he tenido la ocasión de estar con buenos artistas no he notado nada. Son muy acogedores y sus críticas son constructivas. El flamenco es un lenguaje que se defiende por sí solo y yo no puedo ocultar de dónde vengo porque no sería honesto», explica el compositor que, entre otros reconocimientos, tiene el primer premio para guitarristas extranjeros en el III Concurso Internacional de Guitarra Flamenca Niño Ricardo.

Continuó su formación en nuestro país con Manolo Sanlúcar en Córdoba y Rafael Cañizares en Barcelona. Después decidió trasladarse a Sevilla, «ya con la idea de trabajar porque entendía que tenía un nivel para hacer cosas». Ese nivel le ha llevado, además de interpretar sus propios temas a acompañar a cantaores y bailaoras, presentándose en importantes escenarios de Chile, como también en México, Costa Rica, Portugal y República Checa.

Además de sus maestros oficiales, Hernández se confiesa admirador de Paco de Lucía - «la persona por la que la mayoría de los guitarristas quieren ser guitarristas», cuenta- y del toque de Jerez, encarnado en los Parrillas y los Moraos. «Me encanta también Pepe Habicuela, tiene un espíritu especial, algo misterioso que hará que su figura perdure para siempre». En este tiempo en el que la carrera de Pituquete ha echado a andar con pasos firmes, el guitarrista ha descubierto los contras del género. «Me ha decepcionado comprobar que prácticamente no hay amigos en el flamenco, unidos se conseguiría mucho más. Hace tiempo la gente ganaba mucho dinero con esto, pero ahora...» Entonces, Andrés, ¿hacia dónde cree que va el género? «Yo me pregunto muchas veces qué personas encarnarán en un futuro a personajes como Chano Lobato o Juan Villar, ¿qué vivencias va a tener esa gente que coge el relevo? Por desgracia, el flamenco ya no está vinculado a la tierra como hace 40 años. El flamenco se nace, lo llevan las personas, es un espíritu, y si no estamos vinculados a ellas, se pierde», reflexiona el autor de 'Abra'. Personalmente, el guitarrista puede pedir poco más. «Tengo ganas de componer y grabar si se puede 40 discos pero, sobre todo, quiero seguir disfrutando tocando y tener salud para poder hacerlo. Estoy feliz», subraya.

En la presentación de esta noche, a las 21 horas en La Merced, el guitarrista chileno estará acompañado además de por Encarna Anillo, con quien pronto iniciará una gira por Sudamérica de cuatro meses, por Roberto Jaén a la percusión y Diego Montoya y Antonio Núñez a las palmas.