El terror golpea la ciudad natal de Sadam Husein en el aniversario de la invasión de Irak

Al menos nueve personas murieron y decenas resultaron heridas tras la explosión de un camión cisterna de combustible cargado con explosivos en Tikrit, 150 kilómetros al norte de Bagdad. El objetivo del ataque fue un complejo gubernamental y el suicida al volante del vehículo se inmoló a las puertas de un centro policial, por lo que la mayor parte de los fallecidos son miembros de las fuerzas de seguridad, según informaron los medios locales que en un primer momento elevaron la cifra de fallecidos a 42.

Desde comienzo de año la ofensiva de los grupos armados de la oposición contra el Gobierno central se ha intensificado y marzo, con 271 muertos, se convirtió en el mes más sangriento del último medio año. Ningún grupo ha reivindicado la acción, pero hasta ahora este tipo de acciones han sido obra del Estado Islámico de Irak, brazo de Al-Qaida activo en el país árabe.

La operación suicida en Tikrit, ciudad donde nació el exdictador Sadam Husein, se produce en un momento político clave ya que después de cuatro meses de boicot algunos parlamentarios del bloque Iraqiya, el más votado en las últimas elecciones, habían decidido regresar al Parlamento iraquí para llevar ante la cámara las peticiones de la población de las provincias suníes que se levantaron en diciembre contra las autoridades de Bagdad, a las que acusan de «sectarismo». Cada viernes se repiten las manifestaciones pacíficas en las principales ciudades de mayoría suní y el epicentro de la lucha es Ramadi, capital de Anbar.