El Nazareno de Santa María expuesto en besamanos. :: L. V.
CÁDIZ

Las saetas al Nazareno regresan a la Cárcel Real

La Casa de Iberoamérica abrirá sus puertas la madrugada del Viernes Santo para recuperar esta histórica tradición

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Casa de Iberoamérica abrirá sus puertas la madrugada del Viernes Santo, a eso de las cinco de la madrugada, para recuperar la tradición de cantar saetas en la antigua Cárcel Real. De esta forma, este canto de piedad popular en honor al Nazareno se realizará por por partida doble ya que el Jueves Santo, durante la entrega de bastón de mando a la alcaldesa durante la mañana, los saeteros realizarán los tradicionales rezos en iglesia de Santa María.

Con este acto en la actual Casa de Ibermérica se recupera una costumbre perdida hace años. Corría el año 1963 cuando la antigua Cárcel Real cerraba sus puertas y sus moradores ocasionales eran trasladados a la nueva prisión que se acababa de construir en el barrio de Cortadura, más o menos donde hoy se encuentra el Pabellón Ciudad de Cádiz. Así se daba término a más de 125 años en los que todos los condenados cumplían sus penas entre los viejos muros de ese emblemático edificio del barrio de Santa María.

Dentro de las penosas condiciones de vida en las que se encontraban esos presos aún quedaban los resquicios de pequeños momentos de ilusión y esperanza. Uno de ellos, y así lo describen desde la Hermandad del Nazareno, se producía en las primeras horas del Viernes Santo, cuando la procesión de la Cofradía llegaba a la calle Concepción Arenal y los pasos de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores se enfrentaban a los muros de la Cárcel. Entonces los presos, colgados de las ventanas enrejadas, les rezaban, les imploraban, les rogaban por su libertad y por el bienestar de su familia. Aquellos a los que Dios les había concedido el don del buen cantar, dirigían sus plegarias a Jesús y a su Madre en forma de saetas. Además, en ese instante se producía otro momento único, como era la liberación de un preso previo indulto concedido por el Gobierno a instancias de la Cofradía.

Los mayores de la Hermandad recuerdan las desgarradoras saetas de los presos de la Cárcel Real como uno de los momentos más emocionantes de aquellas estaciones de penitencia e incluso de la Semana Santa de Cádiz. Ya no hay presos en la Cárcel Real, edificio que, con el nombre de Casa de Iberoamérica, hoy es sede de un magnífico Centro Cultural. Sin embargo, gracias a las gestiones realizadas por la junta de gobierno de la hermandad ante el Ayuntamiento, en la madrugada del Viernes Santo volverán a sonar las saetas al paso de Nuestros Padre Jesús Nazareno y de María Santísima de los Dolores.