CÁDIZ

El suelo de Visteon continúa a la espera de que cuaje algún proyecto empresarial

El Ayuntamiento portuense y la Junta acuerdan canalizar ayudas de los planes de Reindustrialización para incentivar a los interesados

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Tres meses después de la cesión definitiva de los terrenos y los activos por parte de la multinacional Visteon al Ayuntamiento de El Puerto siguen adelante las gestiones a tres bandas con la Junta de Andalucía y los sindicatos para encontrar un nuevo inversor que dote la planta de actividad y, con ello, de puestos de trabajo.

El alcalde portuense, Enrique Moresco, se reunió ayer en la sede de la Agencia IDEA con la delegada provincial de Economía, Innovación y Empleo, Angelines Ortiz, y representantes de la antigua plantilla de la filial de Visteon, Cádiz Electrónica. El regidor popular informó sobre la elaboración de un plan especial para aumentar el valor de los terrenos de cara a la futura inversión. De igual modo incidió en la necesidad de propiciar el autoempleo y que no haya que esperar necesariamente a que venga un inversor de fuera.

No obstante, las tres administraciones -Ayuntamiento, Junta e IDEA-, siguen trabajando con inversores que planteen proyectos viables a desarrollar en los terrenos de propiedad municipal que ocupaba anteriormente la factoría. Sobre este término, también se acordó canalizar las ayudas de Reindustrialización del Estado o cualquier otra que haya para propiciar la implantación de otra firma en los terrenos ahora inactivos. En todo caso, Moresco alabó la labor conjunta que se está desempeñando. «Pretendemos que siga siendo un ejemplo del trabajo coordinado entre administraciones y trabajadores, que es, al fin y al cabo, lo que demandan los ciudadanos de los políticos». Así, el primer edil portuense insistió en que Ayuntamiento y Junta comparten el interés porque este asunto siga «vivo» en su trabajo diario hasta encontrar una solución definitiva.

Visteon decidió cerrar las puertas de su planta en El Puerto y despedir a sus casi cuatrocientos empleados en el verano de 2011 con el objetivo de deslocalizar su producción. Gracias a las intensas movilizaciones de la plantilla, las administraciones se pusieron de acuerdo para asumir los activos con la premisa de que ese suelo volviera a generar empleo bien para una futura recolocación de ellos mismos o de otros afectados por el paro en la Bahía.