El Gobierno da 24 horas a CEOE y sindicatos para cerrar un pacto
Soraya Sáenz de Santamaría apela a la «responsabilidad» de los agentes sociales para pedirles un acuerdo más «amplio»
MADRID.Actualizado:Más madera en la caldera del diálogo social. El Gobierno, que tiene como prioridad ineludible una reforma rápida e intensa del mercado laboral con la que calmar a los mercados, presiona sin ambages a sindicatos y patronal a cerrar un acuerdo que le sirva de base para los cambios legislativos que pretende.
El mensaje llegó de boca de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien tras el Consejo de Ministros -que analizó el 'miniacuerdo' enviado por los agentes sociales al Ejecutivo a media semana- dejó claro a unos y otros que tal entente es claramente «insuficiente».
Sáenz de Santamaría recordó a sindicatos y patronal su «responsabilidad» en la recuperación del empleo y la economía españolas, y fijó en 24 horas el ultimátum del gabinete de Rajoy para sellar un acuerdo mucho más amplio que el presentado. CC OO, UGT, CEOE y Cepyme tienen hasta la madrugada del lunes para salvar sus diferencias, que no son pocas ni pequeñas. A partir de ese momento, será el Gobierno el que actúe, en función de la «profundidad y alcance» del eventual acuerdo.
La maniobra traslada de nuevo la patata caliente a la mesa de negociación, después de que los agentes sociales se declararan de facto incapaces de ponerse acuerdo y remitieran a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, un texto con apenas seis puntos de concordia con los que cumplían en cierto modo el mandato del Gobierno, pero no resolvían la cuestión de fondo.
La vicepresidenta dejó las cosas claras, y recordó a tirios y troyanos que la demanda del Ejecutivo pasa por que se analicen y se traten de pactar los asuntos más espinosos, como son la contratación, la flexibilidad interna y externa de las empresas, la negociación colectiva -salarios incluidos- y el absentismo. Algo que, si se toman en cuenta las declaraciones de los protagonistas en los últimos días y, sobre todo, el resultado de más de dos meses de reuniones, se antoja una quimera. Aun así, nadie quiere escurrir el bulto y todos reconocen su intención de continuar conversando.
Eso sí, CEOE ya ha dejado bien claro que las posturas son tan antagónicas que lo mejor es que sea el Ejecutivo quien regule por decreto ley y cuanto antes. Los sindicatos, por su parte, tan incapaces de sellar acuerdos profundos como los patronos, han advertido de que siempre será peor una reforma impuesta que parlamentada, y de que ningún cambio normativo creará empleo si la economía no crece.
La presión es notable, y la propia Sáenz de Santamaría se encargó de recordar que «el primer objetivo de un español con responsabilidades políticas, sindicales y empresariales debe ser poner todo de su parte para crear empleo». En un país con un 22% de paro (el más alto de entre los países avanzados), argumentó, la ciudadanía y, en especial, los desempleados tienen la mirada puesta en los agentes sociales.
Esa apelación a la responsabilidad no ha gustado a los sindicatos, que recuerdan que es el Gobierno el que ha marcado las fechas en el calendario pero «no ha aclarado qué tipo de reforma quiere».
Sobre la hipotética demanda del Gobierno a los negociadores de un 'contrato de crisis' (desvelada por la patronal), la vicepresidenta prefirió «no condicionar» las conversaciones para esperar al resultado del fin de semana.
La patronal se reconoce abierta al diálogo. También los sindicatos que, sin embargo, achacan a las «posturas maximalistas» de CEOE en salarios (la patronal pide congelación en 2012 y 2013) y contratación el fracaso de las conversaciones.