Jesús Eguiguren fotografía con su móvil a los informadores gráficos que tomaban imágenes de él, ayer, en el pleno de control celebrado en el Parlamento Vasco. :: D. AGUILAR / EFE
ESPAÑA

El Gobierno «respeta» la presencia del PSE en la conferencia sobre pacificación

Los socialistas vascos defienden que es necesario que su defensa de una «paz con memoria» se escuche en el foro

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno «respeta» que los socialistas vascos deseen acudir a la conferencia internacional impulsada en San Sebastián por la organización independentista radical Lokarri, pese a minimizar su relevancia para el fin del terrorismo y estar convencido de que el acto tiene mucho de propagandístico por parte de Batasuna. «Lo realmente relevante para la paz es que ETA abandone definitivamente las armas -resumió el ministro Portavoz, José Blanco-; no valoramos quién participa en el acto».

La decisión del PSE dejó descolocado a buena parte del Ejecutivo. Blanco aseguró, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que él sí fue pertinentemente informado de la discutida resolución de la federación vasca en su calidad de vicesecretario general del PSOE. Y no mostró el más mínimo malestar. Pero en el núcleo duro del Gobierno hay quien asegura que el gesto de los socialistas vascos fue una auténtica sorpresa que solo se explica, dicen, por el ambiente que se respira en el País Vasco y por la presión del PNV, que rápidamente anunció su disposición a participar en el encuentro.

En el PSOE creen que si los nacionalistas se hubieran «quedado fuera» las cosas habrían sido muy distintas. «Han desbaratado en parte el 'decálogo' del lehendakari», dicen en referencia al escenario anunciado por Patxi López durante el debate de política general, en el que se incluía la propuesta de un acercamiento progresivo de presos de ETA a cárceles vascas y una política penitenciaria «flexible» si la organización criminal se disuelve.

El jefe del Ejecutivo vasco, de viaje oficial en Estados Unidos, argumentó ayer que su partido quiere estar presente en la cita, que tendrá lugar el lunes en el Palacio de Aiate y cuenta con el patrocinio de cinco organizaciones internacionales especialistas en mediación de conflictos, para comprobar si realmente sirve para «avanzar en el camino de la paz y la libertad».

Los socialistas vascos mantienen un cierto grado de escepticismo respecto a las verdaderas intenciones de Batasuna, pero su portavoz, José Antonio Pastor, defendió que es importante que en un foro como ese haya alguien que defienda lo que su partido propugna: «Paz con memoria, el reconocimiento de las víctimas y la disolución incondicional y definitiva por parte de ETA».

Pastor aclaró, en todo caso, que el PSE no avala la definición del encuentro como 'conferencia de paz'. «Eso -subrayó en Punto Radio- significa hacer una analogía entre dos combatientes en una especie de guerra y esto ha sido una cosa muy distinta: una amenaza de una organización terrorista contra la democracia».

La apuesta de los socialistas no deja de ser, a la postre, una solución intermedia. No habrá representación del Gobierno vasco y tampoco del central. Blanco aseguró que la posibilidad contraria nunca estuvo sobre la mesa porque la «única línea de trabajo» del Ejecutivo para lograr acabar con el terrorismo es «la que le ha llevado a su práctica derrota social y policial».

Acuerdo vigente

De este modo, han logrado mantener a raya las posibles críticas del principal partido de la oposición. El Partido Popular ha eludido hacer hasta ahora el más mínimo reproche fuera del País Vasco. Y el líder de los populares en esa comunidad autónoma, Antonio Basagoiti, también ha optado por una recriminación comedida. «Este es el pez que se muerde la cola -insistió-; supone volver a la espiral de que ETA tiene razón en sus peticiones, a la dinámica de que la banda necesita conseguir algo para dejarnos en paz».

El acuerdo de gobierno de socialistas y populares en Euskadi, aún así, resiste. Pastor aseguró que trasladó personalmente al PP su decisión de participar en la conferencia y que, al margen de las diferencias, ambos respetan las decisiones del otro.

Lo que no cesan son las presiones de los nacionalistas vascos. Su portavoz en el Congreso y cabeza de lista por Vizcaya para las elecciones del 20 de noviembre, Josu Erkoreka, recriminó al lehendakari su ausencia y defendió que «es el momento de comprometerse».

En el propio PSE hay posiciones encontradas. El más convencido de las bondades de esta cumbre, que ayudará a Batasuna a lograr la ansiada internacionalización de su proyecto, es el presidente del partido, Jesús Eguiguren. «Es un paso adelante -dice- que hemos pedido toda la vida».