CÁDIZ

El último alcalde republicano (y III)

Detenido por una delación en Córdoba, fue fusilado el 30 de septiembre en Cádiz

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El destino quiso que Manuel de la Pinta Leal no cayera en la primera tanda de asesinados por los fascistas en la ciudad. Y es que debido a su participación en unas oposiciones a catedrático, en Madrid, la última vez que acudió como alcalde a las sesiones había sido el 3 de julio. Al tener noticias de lo sucedido en el Norte de África, le insisten desde Málaga para que permanezca en la capital. Fuera como fuese, De la Pinta coge el tren hacia Cádiz el mismo 18 de julio. A la altura de Alcolea, el tren es detenido y asaltado por falangistas armados. El alcalde pasa desapercibido en aquel asalto al tren. Junto con otros pasajeros que no cayeron en manos de los sublevados, marcharon a Córdoba donde se alojó en el hotel Cervantes. Allí permanecería prácticamente dos meses. Poco sabemos de aquellos días vividos por De la Pinta. Entendemos que intentaría pasar desapercibido, aunque debido a la situación de guerra en la que se encontraba el país, decide llevar a cabo su profesión. Asistió a los heridos del refugio de la torre de la ermita de La Alegría. Deducimos que día que pasaba, día que se hacía más angustiosa su estancia en Córdoba por temor a ser reconocido.

Hasta esa capital andaluza, y de camino al frente, llegaron desde Cádiz unos requetés, que a la salida de una misa lo reconocieron. Le siguieron hasta el hotel y allí fue detenido. Era 6 de septiembre. No sabemos que ocurriría con él desde ese día hasta el traslado a Cádiz en tren el día 26. A donde llegó acompañado por el capitán de la Guardia Civil Antonio Escuín Lois, el cual días antes, al enterarse por la prensa de la detención en Córdoba de Manuel escribió desde Écija al general Varela: «Con alegría leo en la prensa [...] ha sido detenido el canalla, bandido y sinvergüenza del último alcalde socialista de Cádiz, Manuel de la Pinta Leal [...] interés grande que tengo en fusilarlo [...] así pues te suplico, me concedas de acuerdo con mi general Queipo de Llano sea yo precisamente el que lo conduzca...».

Cuando Varela la recibió, estaba ya en el frente de Madrid. Por lo tanto dicha misiva, al contrario que otras muchas posteriores de Escuín que también se conservan, no tuvo respuesta. No obstante dicho capitán pudo saciar en parte sus deseos de venganza, ya que consiguió de las autoridades rebeldes de Sevilla y Córdoba la autorización para conducirlo hasta Cádiz.

Las nuevas autoridades fascistas sabían de la popularidad del joven alcalde y decidirían liquidarlo lo antes posible. Sólo así se explica su rápida ejecución. A su llegada fue llevado preso al Castillo de Santa Catalina. Se le aplicó directamente el bando de guerra, sin formación de causa previa alguna, siendo fusilado por un piquete de la Guardia de Asalto que no pudo finalmente mandarlo el capitán Escuín, como era su despiadado deseo, si bien si pudo presenciarlo. Al amanecer del 30 de septiembre moría en los fosos de Extramuros, convertidos en patíbulo de cientos de gaditanos en aquellos días, Manuel de la Pinta Leal. Es la familia de María Alba Medina, su compañera, la que se hace cargo del cuerpo y le da sepultura en el cementerio de San José. Sus padres se enteraron del asesinato de su hijo días después por la prensa. Años después, su hermana Ana es quien comprará el nicho en propiedad.

Su recuerdo

A duras penas, se mantiene el recuerdo de Manuel de la Pinta Leal en la ciudad donde desarrolló su labor como médico, profesor, concejal y alcalde. Aún así, a nuestros días han llegado retales del afecto con el que contó en vida. Tras la etapa oscura del Franquismo, en 1979 el primer gobierno democrático de la ciudad, formado por PSOE, PC y PSA deciden dedicarle una avenida, junto la desaparición de múltiples calles con nombres referentes a la dictadura y al golpe de Estado.

En los últimos años, y entendemos que debido en parte al impulso tomado por el interés por la Recuperación de la Memoria Histórica, se han producido varios homenajes hacia su persona. Así en 2006 fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad por el Ayuntamiento de Cádiz, en cuyo acto se contó con la asistencia de su familia. Poco después era descubierta una placa en la casa donde pasó consulta durante la República. Y hasta relativamente hace poco tiempo, cada 30 de septiembre un grupo de veteranos republicanos de Cádiz se acercaban a su tumba y le rendían un sincero homenaje.

Esperamos que con este sencillo artículo se consiga ampliar la visión, hasta ahora muy desconocida, sobre Manuel de la Pinta Leal.