Aguirre también suele jugar con los trazos geométricos. :: L. V.
Sociedad

Retazos de arquitectura bajo el sol

El artista asegura que le interesan los detalles que guardan los edificios de Cádiz El pintor José Manuel Aguirre repite en Benot con sus acuarelas de inspiración impresionista

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Perteneciente a una familia de pintores, Juan Manuel Aguirre creció junto a la reproducción de un cuadro de Vermeer en su comedor. Ese retrato estuvo presente durante la maduración de su talento creativo. Un buen día, cuando el arte ya se había apoderado de su alma, descubrió quién se escondía detrás de ese sugerente cuadro que durante años fue testigo de celebraciones y reuniones familiares. El famoso creador de 'La joven de la perla' le cautivó, y desde entonces admira su capacidad para captar la psicología de cada personaje, su dominio de la expresión y el color.

Tras estudiar en la Escuela de Artes de Cádiz, decidió sacarse la licenciatura de Bellas Artes, para lo cual se trasladó a Sevilla. Unos años después llegarían sus primeros pinitos en exposiciones colectivas y la oportunidad de mostrar su trabajo en solitario.

Amante de la acuarela, la técnica que más cultiva, Aguirre asegura que le conmueven los detalles de las fachadas gaditanas. Los reflejos, los colores y las sombras que se escabullen en su personal arquitectura. «A veces dejo zonas del lienzo sin pintar», asegura. «Pinto lo que me interesa, y lo que no, lo dejo en blanco. El pintor es el que decide siempre cuándo está terminado el cuadro».

El artista explica que si prescindiera de la línea y dejara solo el color, «tendría un cuadro abstracto», de ahí que el contorno, justifique el espacio. Otro de sus valores es jugar con las formas geométricas de las casas o las azoteas de la capital gaditana.

Después de casi una década, vuelve a la galería Benot a mostrar una colección de sus acuarelas de Cádiz, aunque hay un par de obras que reflejan otros lugares cercanos a la provincia como Doñana o Río Tinto.

Aparte de Vermeer, a este artista que trabaja como funcionario le apasiona la pintura impresionista. Manet, Monet, Cézanne... De este último admira especialmente como conjuga lo clásico y lo moderno. «Sus cuadros son muy acuarelados», explica Aguirre. «En muchos de ellos empezaba de una forma más clásica y al final, terminaba dándole toques de vanguardia».

Para Aguirre la pintura es eso, «una investigación, algo complejo y difícil» que se enriquece a medida que uno se rinde a ello. «Es una manera de ver la realidad». Recuerda que uno de sus profesores de facultad le decía que siempre tenía que tener presente que él era el mejor pintor de todos los que estaban a su alrededor. El objetivo del docente no era otro que hacerle aprender que la clave está en no ponerse ningún tipo de cortapisa. «A veces nos ponemos trabas a nosotros mismos», reconoce el artista. Otra cuestión no menos importante es «no pensar nunca en si esto se va a vender».

Hasta el próximo 1 de noviembre sus retazos del Cádiz más luminoso y costumbrista podrán verse en Benot. La cúpula de la Catedral, las torretas y minaretes que coronan algunos de sus edificios más característicos, los basamentos de una columna, las galerías de las fachadas que miran al mar frente a la Alameda. Sus acuarelas están impresas de esa luz que, esquiva, se escabulle por los paramentos de la arquitectura gaditana.