LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

Barrosa day

COMANDANTE DE CABALLERÍA, ABOGADO Y ECONOMISTA Actualizado: Guardar
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Los británicos, orgullosos de su historia y celosos de sus tradiciones, tienen la arraigada costumbre de celebrar en cada uno de sus regimientos lo que denominan 'regimental day', fecha en la que recuerdan una batalla en la que la unidad tuvo una destacada actuación. Es el caso del Royal Irish Regiment, que celebra desde hace dos siglos el 'Barrosa Day'.

Los orígenes del actual Royal Irish Regiment se remontan al año 1793, en que fue creado el 87th Royal Irish Fusiliers Regiment of Foot, que dicho sea de paso, tuvo comienzos muy inamistosos para con España, ya que participó en 1797 en la acción contra la desguarnecida isla de Trinidad, que nos fue arrebatada, y contra la bien defendida Puerto Rico, que fue mantenida. En 1807 también participó en la segunda invasión del Rio de la Plata, donde cayeron los ingleses en el célebre combate de la Plaza de Toros de Buenos Aires, por la eficaz resistencia española al mando del General Gutiérrez de la Concha.

Así las cosas, no es de extrañar que cuando en 1809, el II Batallón del 87th Royal Irish Fusiliers Regiment, en unión de otras fuerzas inglesas, fue a desembarcar en Cádiz, las autoridades de la época no se fiaran de los mismos y les obligaran a hacerlo en Lisboa. Los precedentes de Gibraltar y Menorca así lo exigían. En 1811 nos encontramos al II Batallón del 87th Royal Irish Fusiliers al mando del comandante Lord Gough, encuadrado en la División de Reserva mandada por el general sir Thomas Graham, del ejército aliado del General Lapeña, que se enfrentó a los franceses en la Batalla de Chiclana el 5 de marzo.

La Batalla de Chiclana se libró en dos frentes distantes ambos unos cinco mil metros, uno en la zona de Torre Bermeja y Molino de Almansa, próximo a la desembocadura del Caño de Sancti Petri, y el otro, sumamente sangriento, en la falda y altura del Cerro del Puerco. Los ingleses se fijan casi en exclusividad en éste último combate, ya que es donde ellos -y con razón- se cubrieron de gloria, y por eso, llaman a toda la batalla como de 'la Barrosa', porque en el Cerro del Puerco existía una torre llamada Vigía de la Barrosa.

Lo cierto es que el combate del Cerro del Puerco fue victorioso para las tropas aliadas por el indiscutible valor y acometividad de las tropas inglesas, y muy especialmente, del II Batallón del 87th Royal Irish Fusiliers Regiment of Foot, ya que él solo destruyó completamente al 8º Regimiento de Línea francés de la División Leval, ocasionándole 954 bajas de un total de 1200 hombres. Murieron tanto su coronel, Autie, como uno de los jefes de batallón, Lanusse. El otro jefe de batallón, Vigo Rusillon, fue herido y hecho prisionero, quien posteriormente escribió unas Memorias donde se quejaba que los franceses no disponían en la Loma del Puerco ni de Caballería ni de Artillería. Bien es cierto que es muy difícil que la Infantería a pie salga victoriosa ante el ataque de un ejército que disponga tanto de la movilidad de la Caballería, como de la potencia de fuego de la Artillería, empero, ello no debe empequeñecer la gesta inglesa, porque se batía contra un enemigo superior en número, desplegado en una cota más alta, y en posición ventajosa. El general Lacy, jefe del Estado Mayor aliado, así lo reconoce por escrito «ellos decidieron la acción», y continua «Gloria a tan valientes soldados». Para mayor gloria del regimiento, en la batalla del Cerro del Puerco, obtuvo la primera águila imperial que el ejército británico capturó a los franceses, en concreto, al 8º regimiento, en una decidida acción del sargento Masterson, tras el frustrado intento del alférez Keogh, quien murió en el intento. El original de la 'Barrosa Eagle' se perdió, pero una réplica de la misma, como trofeo regimental, se encuentra en el museo del Royal Irish Regiment, sito en su actual emplazamiento, en Irlanda del Norte. Se le reconoció el derecho a incorporar un águila imperial y una corona de laurel sobre el emblema del regimiento, un arpa, propio de las unidades irlandesas. El Príncipe regente, el futuro Jorge IV, entonces Príncipe de Gales, concedió al regimiento en abril de 1811, el honor de distinguirse como unidad suya, pasando a denominarse a partir de esa fecha '87th The Prince of Wale's Own Irish Regiment ot Food'. El II batallón del 87th Royal Irish Fusiliers, sufrió en la Barrosa 173 bajas, entre ellas, la del mayor Maclaine, el capitán Somersall, y los tenientes Gubbins y Campbell, además del ya citado alférez Keogh.

La Batalla de la Barrosa -en terminología inglesa- fue donde se fraguó el lema que aun tiene el regimiento: 'Faugh-a-ballagh', Despejar el Camino, en lengua gaélica. Un siglo más tarde, en la I Guerra Mundial, en marzo de 1915, la misma unidad tuvo una destacada actuación en la acción del Monte San Eloy, en la que se vino a decir 'it was Barrosa all over again'. Barrosa es el nombre que ha impregnado la forma de ser y la historia del regimiento, la marcha regimental se llama, como no, Barrosa, y estuvo hermanado con los cuatro buques de la Armada inglesa que se llamaron 'HMS Barrosa', el ultimo, en servicio hasta 1968.

Como curiosidad, diremos que la Regencia concedió al general inglés sir Thomas Graham, la Grandeza de España y el titulo de 'Duque del Cerro de la Cabeza del Puerco', quien lo rehusó por no agradarle el nombre, lo que se entiende, dando como excusa que su general en jefe, Wellington, aún no había alcanzado tal distinción. El objeto de estas líneas es rendir justo reconocimiento a un regimiento británico, el actual Royal Irish Regiment, que hunde sus raíces en la Batalla de Chiclana, en la victoriosa acción de la Barrosa, teniendo una destacadísima participación en ayuda de España y de nuestra independencia. El próximo día 5 de marzo, cuando celebremos el segundo centenario de la Batalla de Chiclana-La Borrosa, un regimiento británico, el Royal Irish Regiment, hará lo mismo en Belfast, a más de tres mil doscientos kilómetros de distancia de Chiclana, celebrando su 'Barrosa Day'.