Veto electoral en Irak a casi 30 aspirantes del partido de Sadam
El inicio de la campaña para los comicios del 7 de marzo está marcada por las denuncias de marginación de la comunidad suní
Actualizado:Diecinueve millones de iraquíes serán llamados a las urnas el próximo 7 de marzo en las segundas elecciones generales desde la caída de Sadam Hussein. La figura del dictador marcó ayer el inicio de una campaña para los comicios en la que veintiocho candidatos han sido vetados por su presuntos vínculos con el partido único que gobernó el país durante 35 años, el Baas.
La Comisión de Justicia y Responsabilidad inició en enero el examen de todos los aspirantes y tras una primera lista compuesta por quinientos integrantes de la formación que lideraba el presidente ajusticiado en la horca finalmente redujo a una treinta escasa el número de personas declaradas no aptas para la elección. Entre los que han sido apartados de la carrera por un escaño en el Parlamento destacan dos de los más importantes políticos suníes del país arábigo, Saleh al-Mutlaq y Dhafir al-Ani.
Con el fantasma del boicot suní de 2005 presente en todo momento, los actuales dirigentes iraquíes y Estados Unidos -cuyas fuerzas de combate abandonarán el país en agosto- se esfuerzan por vender la imagen de que se trata de un proceso nacional y no sectario. La población suní, sin embargo, se siente marginada por el bloque chií que domina Irak desde la invasión norteamericana y acusa a Irán -de mayoría chií- de estar detrás de una campaña de desbaasificación que afecta especialmente a políticos de la comunidad preponderante durante la era Sadam.
Sin símbolos religiosos
Una de las normas que marca la campaña electoral que concluirá 48 horas antes de la cita con las urnas es la «prohibición de usar símbolos religiosos o eslóganes que puedan provocar sentimientos sectarios y generar violencia», una medida muy alejada de la realidad de un territorio fuertemente dividido.
Más de trescientos grupos políticos intentarán lograr para sus candidatos uno de los 325 asientos de la cámara única de la que saldrá elegido posteriormente el primer ministro. Las distintas tendencias se unen en alianzas y las más importantes son la Coalición del Estado de Derecho, liderada por el actual jefe de Gobierno, Nuri al-Maliki, que se presenta como una plataforma integradora para todos los iraquíes; la Alianza Nacional Iraquí, que une a los principales grupos chiíes y está encabezada por la familia Al Hakim, y la Lista Iraquí del ex primer ministro Iyad Alawi, de la que formaba parte Saleh al-Mutlaq, uno de los políticos suníes vetados por la comisión.
La joven democracia iraquí llega exhausta a estos comicios que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha calificado de «histórica», después de aprobar 'in extremis' una ley electoral en la que las fuerzas suníes se sienten discriminadas. A esto hay que sumar los últimos macroatentados que han sacudido Bagdad y la seria amenaza de nuevos ataques por parte de la insurgencia.