MUNDO

Fin al último martirio británico en Irak

Un canje político permite la liberación de un asesor informático secuestrado hace más de dos años

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Peter Moore, un británico que ha permanecido secuestrado durante dos años y medio en Irak por una milicia chií, y que fue capturado junto a sus cuatro guardaespaldas, que fueron asesinados, fue entregado ayer al Gobierno del país árabe y se encuentra en buenas condiciones anímicas y de salud. La liberación de Moore parece ser uno de los últimos pasos en la integración política de una milicia que ha recibido supuestamente apoyo de Irán y habría sido la condición exigida por el Gobierno de Bagdad y las fuerzas de la coalición internacional para la puesta en libertad del líder del grupo, que está preso bajo el control de Estados Unidos.

Moore acudió a Irak tras trabajar durante cerca de una década en proyectos de ayuda al desarrollo en China y en Guayana. Según sus amigos, su objetivo era vivir en la ex colonia británica y para hacerlo quería ganar dinero rápido. Se empleó como asesor informático del Ministerio de Hacienda en Bagdad con un contrato con una consultora americana.

El 27 de mayo de 2007, él y sus cuatro guardaespaldas británicos, que trabajaban para una compañía privada de seguridad con sede en Canadá, fueron secuestrados en el ministerio por cuarenta hombres vestidos con uniformes de la Policía iraquí. Los captores huyeron hacia el bastión insurgente de Ciudad Sadr.

En el primer vídeo emitido para reivindicar el secuestro -algo que sorprendió por no ser costumbre en grupos chiíes- aparecía el emblema de una organización desconocida, Resistencia Islámica Chií. En marzo de 2008, Moore fue grabado pidiendo la puesta en libertad de nueve presos de la Liga de los Justos.

Se trata de una escisión de la milicia Mahdi cuando su líder, Muqtada Al-Sadr, se orientó hacia el fin de la actividad militar y hacia la integración política. Posteriores vídeos pidieron la puesta en libertad del fundador de la Liga de los Justos, Qais Al Jazali, que estaba preso tras su detención por tropas de Estados Unidos.

A lo largo de 2008, los secuestradores entregaron a las autoridades tres cadáveres de los guardaespaldas. Dos, en junio; el tercero, en setiembre. El Gobierno británico cree que fueron asesinados poco después de su captura. Y que el cuarto, Alan McMenemy, también está muerto. Londres pidió ayer que entreguen sus restos a la familia.

Reconciliación

La evolución del secuestro de Moore ha estado marcada por el devenir de la guerra en Irak tras la ofensiva de 2007, que ha reducido drásticamente el nivel de la violencia y ha abierto vías a un proceso llamado de reconciliación que, guiado por el Gobierno de Nuri Al-Maliki, aspira a integrar a grupos que mantienen la insurgencia.

Un diputado iraquí acusó directamente a Irán de apoyar a la Liga de los Justos y de tener a Peter Moore en su territorio, bajo la protección de mandos de la Guardia Revolucionaria. Pero, en agosto de este año, el grupo anunció que renunciaba a la violencia y que seguía el camino de la milicia de la que se escindió.

Desde entonces, cien presos de la Liga han sido liberados y se esperaba también la de su líder Al-Jazali. El Ejecutivo de Bagdad y las fuerzas de la coalición internacional habrían exigido la puesta en libertad de Moore antes de dar ese paso. El británico dijo ayer a su familia que creyó que los captores iban a matarle, antes de caer en la cuenta de que en realidad ponían fin a su largo cautiverio.