Sociedad

Pronosticadores

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Hay personas muy bien informadas que dicen que la crisis actual perderá actualidad en 2010. Otras, mejor informadas todavía, creen que va para largo, ya que se ha encariñado mucho con nosotros. Entre estas últimas se encuentra Joaquín Almunia, candidato a Comisario de la Competencia de la Unión Europea. Me da la impresión de que hay que hacerle caso, ya que es uno de los pocos políticos que no habla por hablar y al mismo tiempo por escucharse. Al contrario de algunos congéneres suyos, que se enteran de sus opiniones cuando leen sus propios discursos, este señor no pretende engañar a nadie. «Vamos a vivir con tasas de paro y deuda muy elevadas durante años», pronostica.

Los más largos caminos empiezan con un solo paso, pero no es eso lo único que hay que saber, sino a dónde van a parar. No es improbable que conduzcan a otra carretera peor asfaltada. Ahora han florecido los adivinos que saben con exactitud cuánto va a durar la penuria y ya se están entrenando para la lidia de las vacas gordas. Siempre hay optimistas como aquel tipo del que se cuenta que el primer día del Diluvio Universal, mirando al cielo anubarrado, dijo: «¡Qué buena cosecha vamos a tener este año!».

Claro que también hubo otro que probablemente anunció que aquello iban a ser cuatro gotas.

Está de moda predecir el futuro, cosa siempre más difícil que vaticinar el pasado. Los historiadores aseguran que la Historia se repite, aunque menos que ellos. Ahora se hacen conjeturas sobre lo que puede durar sin comer Aminatu Haidar. Para el Aaiún ha partido Rosa Díez, sin duda para poner su granito. El que no está dispuesto a perder peso, ni siquiera por el peso de los acontecimientos, es nuestro ministro de Asuntos Exteriores.