Artículos

Zapatero remendón

CHARLETAS GADITANAS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Uno de los oficios que proliferaban hace décadas y que hoy en día está casi desaparecido es el de zapatero remendón. Ahora se le llama tiendas de reparaciones del calzado, pero también fabrican llaves. Y es que éstas no tienen nada que ver con aquellas antiguas. Los zapateros remendones eran verdaderos artesanos, no sólo arreglaban los zapatos viejos, si no que también solían hacerlos a medida.

A estos profesionales se les llevaba un par de zapatos, lo mismo de hombre que de mujer y los dejaban como si fueran nuevos. Utilizaban unas herramientas muy sencillas como las leznas, los martillos chatos o el cerote. No había barrio en nuestra ciudad que no tuviese su zapatero. Por las tardes, estos lugares se convertían en el centro de reunión. Hasta allí solían acudir algunos vecinos del barrio para hacer su tertulia a la vez que acompañaban al maestro. Así se les hacía más llevadera su jornada laboral ya que, eso también hay que reconocerlo, echaban muchas horas. Allí se hablaba de fútbol y toros. De política no, ya que en aquellos tiempos hacerlo resultaba altamente peligroso.

Lo que sí era fácil era enterarse en estos sitios de algún chisme, sobre todo si era algo relacionado con un lío de faldas. La decoración de estas tiendas era muy sencilla. En una pared, el cartel de algún santo del barrio, y en la otra, algún póster con una mujer ligerita de ropa.

Los clientes de estos establecimientos eran muy leales, ya que en muchos casos el negocio iba pasando de padres a hijos y cuando alguno se mudaba de sitio, los vecinos y clientes seguían acudiendo a la misma zapatería de siempre.

En fin, eran lugares entrañables. En especial porque por unas cuantas pesetillas nos dejaban unos zapatos para poder darle otro buen tute durante algún tiempo más. Estoy seguro que hoy tiraríamos esos mismos zapatos a la basura sin pensar en hacerle el remiendo. Pero entonces las cosas estaban mucho más difíciles.