La polémica de la marmota

Habrán vivido alguna vez en sus vidas una situación que parece repetida. Algo así me ocurre cuando escucho la reiterada polémica que tiene el presidente del Jerez Industrial, Ricardo García, con el Ayuntamiento. Ayer volvimos a vivir un nuevo capítulo de la situación de crisis institucional o personal -la verdad es que ya no sé si el enfrentamiento tiene tintes individuales o colectivos- que atraviesan con cruce de declaraciones por parte del máximo responsable -ahora en todos los ámbitos- del cuadro blanquiazul hacia la alcaldesa, la delegada de Deportes y el gerente del mencionado área municipal.

Dejando a un lado las descalificaciones, el asunto tiene la misma pinta que hace unos meses cuando comenzó la cruzada industrialista, que incluso movilizó a los aficionados para realizar una manifestación en las puertas del Ayuntamiento.

Al parecer las diferencias quedaron apartadas cuando llegaron a un acuerdo con el asunto del convenio municipal, pero la paz ha durado poco porque de nuevo ha comenzado a brotar el desagradable enfrentamiento.

Creo que cada uno tendrá sus motivos o razones para desconfiar del otro, pienso que toda negociación puede tener esa pizca de mal gusto que ofrece cualquier debate televisivo del corazón, pero cuando pasen los días, si la situación se arregla, ambas partes volverán a sentarse para anunciar que han llegado a un acuerdo y tendrán amnesia para recordar las descalificaciones, los insultos y las amenazas que un día como ayer se dijeron.

De momento lo cierto es que al Ayuntamiento ha recuperado un enemigo, que parece dispuesto a plantarle batalla, aunque para ello tenga que dejarse la piel sobre el rectángulo de juego, que en este caso no es de césped.