Zapatero conversa con los periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados tras la sesión de control al Gobierno. / EFE
ESPAÑA

Zapatero allana el camino a Rajoy para que Rato sea el presidente de Caja Madrid

Esperanza Aguirre se enroca y mantiene congeladas las negociaciones hasta que la dirección del PP castigue a Cobo

MADRID Actualizado: Guardar
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Rodrigo Rato está ahora más cerca de presidir Caja Madrid. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, despejó ayer el camino para que prospere la candidatura de Mariano Rajoy frente a las reticencias de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que mantiene su apoyo a Ignacio González.

«Nosotros no tenemos una posición contraria a Rato», dijo Zapatero en los pasillos del Congreso, y convirtió con estas palabras al ex vicepresidente económico en el favorito para presidir la entidad. Las declaraciones del presidente del Gobierno clarifican la situación, suponen un espaldarazo al líder opositor y sitúan a Rajoy en situación de ventaja frente a su oponente interna en esta batalla por el poder. La posición del jefe del Ejecutivo facilita el pacto para encumbrar a Rato porque el presidente de la caja será el que obtenga el consenso de partidos y sindicatos dentro del consejo de administración. Para este viaje, no resulta baladí contar con el beneplácito de los primeros espadas de los dos partidos mayoritarios.

No obstante, y aunque Rajoy parece haber fortalecido sus posiciones en las últimas horas, la llave del proceso sigue estando en manos de Aguirre. Para que Rato pueda ser elegido presidente es absolutamente necesario que antes sea designado consejero general en votación de la Asamblea de Madrid y Aguirre tiene la mayoría para hacerlo posible. El pasado lunes, las conversaciones con la dirección nacional -a través de Dolores de Cospedal- acercaron a la presidenta madrileña a una solución cuando ofreció facilitar la elección de Rato como consejero y reclamó la retirada del recurso presentado por el alcalde Alberto Ruiz Gallardón que mantiene congelado el proceso electoral en Caja Madrid y que podría prolongarse durante dos años. El acuerdo se aproximaba, pero cuando la dirección nacional trató de utilizar el castigo al vicealcalde, Manuel Cobo, como moneda de cambio para el pacto, la presidenta de la comunidad suspendió las conversaciones a la espera de que se sancione, antes de nada, al hombre de confianza de Alberto Ruiz Gallardón.

«Hasta que no se tomen medidas disciplinarias contra Cobo, la presidenta no negociará nada ni de Caja Madrid ni de ninguna otra cosa», informaron fuentes del Gobierno madrileño. De hecho, el diálogo está interrumpido y Aguirre no medió palabra con De Cospedal cuando coincidieron ayer en un almuerzo en la entrega del premio del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo. «Todo sigue exactamente igual», declaró la presidenta.

Demasiado pronto

Después de que la 'lideresa' lanzara el órdago que paralizó la negociación, la dirección nacional no ha hecho gesto alguno para acelerar el procedimiento que se sigue en el Comité de Garantías para analizar las declaraciones de Cobo. El presidente de dicho órgano, Alfonso Fernández Mañueco, anunció en Soria que «es demasiado pronto para anticipar ninguna decisión». Pidió «serenidad y tranquilidad» para que el comité pueda hacer su trabajo y anunció que citará a Cobo y a la presidenta del comité de Madrid para que expongan sus respectivas posiciones.

Aunque ahora pida calma, Fernández Mañueco estuvo en la sede central de la calle Génova en Madrid, el pasado martes, cuando avanzaban las conversaciones entre Aguirre y De Cospedal, para asumir las decisiones disciplinarias oportunas. «Estaba esperando que hubiera cambio de cromos y se esperaba que la presidenta aceptara un pacto a cambio de abrirle un expediente al vicealcalde pero ella se negó porque una cosa es exigir el cumplimiento de los estatutos del partido y otra distinta las elecciones en Caja Madrid», explicaron fuentes del PP de Madrid.

Sin embargo, Esperanza Aguirre sigue exigiendo la expulsión de Cobo y cuenta con el apoyo de todos sus alcaldes. Ya son 104 de los 110 regidores municipales de Madrid los que han sumado al manifiesto del alcalde de Alcalá de Henares para exigir que se aplique la disciplina interna al edil madrileño por sus declaraciones al diario 'El País'.

Fuentes del PP nacional e incluso los populares del Ayuntamiento de Madrid saben que Rajoy no tiene más remedio que castigar a Cobo. «He acatado, acato y acataré -declaró el vicealcalde- cualquier decisión que tome quien puede tomarla que es la dirección nacional de mi partido y su presidente, que es Mariano Rajoy».

Mientras, ya han surgido en el partido voces de protesta por lo que está sucediendo en Madrid. Los 'barones' territoriales de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y Castilla y León, Juan Vicente Herrera, han expresado su «indignación», por el comportamiento de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. «No entiendo cómo políticos tan valiosos no miden el alcance de sus disputas», dijo Herrera.