Confiesa la 'niña de las estrellas'

Cualquiera que se haya hecho un tatuaje sabe que duele. Así que era cuestión de tiempo que la rocambolesca historia con que salió la 'niña de las estrellas', la belga Kimberley Vlaeminck, se desmoronara. La chavala, de 18 años, ha confesado que fue ella quien pidió que le tatuaran 56 estrellitas. Lo que ocurre es que se arrepintió de tamaña originalidad en cuanto vio la cara que le puso su padre. Temiendo una bronca monumental se inventó aquello de que se quedó dormida mientras el tatuador le ponía la cara como una galaxia. Pero, inocente ella, se ha descubierto solita. ¡Y en la tele! La entrevistaban en una cadena holandesa y le dijeron que las cámaras estaban apagadas, así que Kimberley, tan feliz, lo largó todo.