El rayo verde

El Doce se agita

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El Consorcio del Bicentenario se ha puesto las pilas desde la llegada de Luis Pizarro, que ha enarbolado el estandarte del Doce con un entusiasmo inesperado. Su recién estrenada presidencia ha supuesto, para empezar, un cambio cualitativo en la percepción que el aparato socialista local tenía de la celebración, con la que mantenía una más que prudente distancia, y no sólo porque considerara que beneficia a la alcaldesa, Teófila Martínez, sino por la también flagrante frialdad con el anterior titular del Consorcio y consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, que resultó ser el único consejero que no llegó a reunirse con la ejecutiva provincial para presentar su actuación política. El primer signo de que las cosas han cambiado fue, en la misma jornada de la toma de posesión, el comunicado de Cabaña haciendo votos de fervor doceañista y mostrando su disposición a colaborar también con el consenso -ahora sí- de los programas que prepara la propia Oficina del Bicentenario provincial.

El poderoso dirigente socialista y consejero de Gobernación está dejándose ver en cuanto acto se mueve con la etiqueta del Doce y sólo le preocupa, o al menos así comenta entre risas, algún «inocente» comentario acerca de su posible candidatura futura a la alcaldía de Cádiz, que ni quiere entrar a comentar.

Pero el cambio más radical ha sido en la relación con el Ayuntamiento «popular». Pizarro es más listo y ha visto que la confrontación con la alcaldesa y la falta de colaboración institucional sólo se le iba a volver en contra, de modo que la primera orden ha sido de fair play total. Como prueba de este nuevo clima, el viernes en el acto de la entrega de la llave de la ciudad al presidente de la República Dominicana se le incluyó en el turno de oradores, cuando por protocolo podía haberse obviado, como sí pasó en los premios de la Asociación de Periodistas Europeos. Algo se mueve, pues, de verdad en el logro de la tan demandada «lealtad institucional». «Teo tiene más feeling con Pizarro que con Zarrías», repiten los corrillos municipales.

Pero esto no obsta para que la impresión general sea de escasa presencia y eficacia del organismo llamado a ser el motor y el corazón de la «gran esperanza blanca» de los gaditanos; incluso cunde la idea de que la alcaldesa le está ganando por la mano, al menos a la hora de hacer ruido. La pura verdad es que hasta el momento el Consorcio puede presentar pocos resultados, y Pizarro lo sabe, pero además tiene que adaptarse a una nueva situación: si su principal misión es la búsqueda de patrocinadores, la crisis hace que éstos sean aún más difíciles de encontrar, pues en este contexto de «números rojos» y descensos generalizados las desgravaciones fiscales ofrecen escaso atractivo. El nuevo presidente sabe que ha de dar un paso atrás en la concesión a una empresa especialista en la búsqueda de mecenas y está dispuesto a pasar a la acción (política) para reclamar apoyos en cash. No sólo a las cajas de ahorro de implantación local, Unicaja y Cajasol, como ya ha hecho públicamente, sino también a las grandes empresas.

Sabe también que el retraso que acumulan los grandes proyectos es dramático, y que el tiempo vuela; que los retos para 2012 son muchos, Cumbre Iberoamericana incluida, y también que ha de dejar un legado para el 2013 y siguientes. Va a convocar a todos los consejeros de la Junta relacionados con el evento , que considera «el más importante en Andalucía desde el 92», y a llamar a rebato en Madrid, «porque es cuestión de Estado» . Nuevos tiempos, pues, en buena hora.

lgonzalez@lavozdigital.es