«Soy un cínico con un punto de locura»

Actor y guionista, Owen Wilson siente, por segunda vez, que todo vuelve a la vida en Noche en el museo 2, comedia en la que vuelve a compartir fotogramas con uno de los comediantes de moda en Hollywood, Ben Stiller. Miembro del Frat Pack, oficioso nombre con el que se define a un grupo de intérpretes que siempre aparecen en las mismas películas y cuyas apariciones entran dentro de situaciones de humor absurdas, Wilson ejerce de nuevo de amigo en miniatura del protagonista en esta historia que se desarrolla en el Instituto Smithsoiano de Washington, el mayor complejo museístico del mundo.

Nacido en Texas hace 40 años, el hermano del también actor Luke Wilson es muy conocido por sus intervenciones en Starsky & Hutch, Los rebeldes de Shanghai, Tú, yo y ahora Dupree -donde conoció a Kate Hudson, con la que vivió una tormentosa relación- y The Tannenbaums: una familia de genios, cinta que le valió una nominación compartida con Wes Anderson al Oscar al mejor guión original. Ahora, ataca con la secuela de uno de los grandes triunfos de 2006.

-¿En quién se inspiró para crear al diminuto cowboy que hace en Noche en el museo 2?

-Vi muchos dibujos animados del personaje Sam Bigotes. Con este tipo de papeles tienes que ser excesivo para llamar la atención porque, de lo contrario, no se te ve. Y si no te ven en un filme, pues no merece la pena hacerlo.

-¿No le apetecería hacer un drama para variar?

-Sería divertido hacer una película sobre la que no tienes ningún control y en la que no tienes que quemarte como actor. En las comedias siempre hay una escena que no funciona, una secuencia que no es lo suficientemente divertida y eso cae sobre la espalda del actor. Mi sentido del humor es mucho más ácido del que suelo representar en el cine, por lo que creo que aunque haga un filme dramático siempre incluiré alguna secuencia cómica. Si tu comportamiento es real, tienen que aparecer momentos divertidos.

-Usted es el rey de las body movies (películas entre amigos). Noche... es su décimo trabajo con Ben Stiller.

-Pues ya estamos preparando la duodécima. Nunca pensé que nos íbamos a convertir en el tándem perfecto para crear proyectos.

-Le voy a poner en un aprieto ¿Quién es su compañero favorito: Jackie Chan, Vince Vaughn o Stiller?

-Ben, pero con todos estoy muy a gusto y de todos aprendo. Lo que me gusta de Ben es que los dos desprendemos muy buena energía cuando estamos juntos. Hemos pasado mucho tiempo creando proyectos y sabemos cómo hacer para que surjan buenas ideas. Pero, al final, el que elige la mejor pareja es la audiencia.

-¿Es competitivo con sus amigos-compañeros?

-A veces, y es bueno porque va en beneficio de la película.

-¿Se ve cómo una estrella?

-En ocasiones tienes que abrazar esta locura que nos rodea. Me gusta pensar que cuando quiero, puedo salir de todo este mundo superficial. Pero también soy un guerrero, me ha costado mucho llegar donde estoy, nadie me ha regalado nada.

-¿A qué tiene miedo?

-Soy un poquito neurótico. Tengo manías, soy supersticioso y cuido mucho lo que digo en las entrevistas porque me da pánico decir algo que pueda avergonzar a mis padres o herir los sentimientos de alguien.

-De pequeño ¿soñaba con ser actor o vaquero?

-Nunca pensé que acabaría trabajando en el cine. Mis hermanos y yo veíamos muchas películas, pero nos parecía imposible hacer una. Todos dijeron que mi primer filme, Bottle Rocket, era una historia distinta. Con el tiempo, me he ido puliendo, ya no tengo el acento que tenía y tampoco hablo como los protagonistas de Lo que el viento se llevó. Este tipo de detalles son los que me interesan corregir porque la aventura de la interpretación es una carrera tan abierta que nunca sabes cómo va a terminar.

-¿Qué le da usted a la comedia?

-El cariño que tengo al humor. Mis orígenes son irlandeses, lo que significa que utilizo el humor con arma de defensa cuando las cosas vienen mal y la vida se pone difícil. El humor me salva de enfrentarme a situaciones incómodas. Soy bastante cínico, pero un cínico con un punto de locura.

-¿Cómo lleva la fama?

-He encontrado mi lugar en Hollywood sin hacer ruido, poco a poco. La única vez que realmente me molestó tener fans fue cuando rodé Bottle Rocket porque mi hermano Luke y yo no podíamos salir de casa. Ahora lo único que me molesta es la gente que te hace fotos con el móvil en los momentos menos esperados. Autógrafos sí, pero eso de posar para un teléfono con cámara...

-¿Se ha sentido intimidado por algún compañero?

-Sí. La primera vez que trabajé con Robert De Niro -Los padres de él-. Ben Stiller se reía de mí porque no podía articular palabra. Fue complicado el momento de verte cara a cara con De Niro, pero cuando se me pasó el miedo, empecé a sentirme más cómodo.

-Ha tenido un par de años complicados -intentó suicidarse cuando vio a su ex, Kate Hudson, junto a otro hombre-. ¿Existe eso que llaman la pareja ideal?

-Toda relación es una aventura, hay momentos buenos y otros que no lo son tanto. No sé lo que es una relación ideal.Para mí, lo más importante es que mi chica tenga sentido del humor y sepa comunicar lo que piensa y lo que siente. Si estás en la misma frecuencia, todo funciona bien.