TRIBUNA LIBRE

La crisis y las pensiones

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Recuerdo que en una campaña de elecciones generales no conseguimos acceder al local previsto para dar un mitin en una población de la Sierra de Cádiz a pesar de que el interviniente era el entonces portavoz de economía del Partido Popular Rodrigo Rato. El motivo era que los socialistas habían acuñado y propagado la frase de que Fraga y el Partido Popular iban a quitar las pensiones si llegaban al gobierno. Siempre con la estrategia del miedo y la mentira.

La realidad es que llegamos al gobierno y el primer problema que nos encontramos es que no había dinero para pagar las pensiones del mes de diciembre y se solucionó mediante un préstamo bancario y posteriormente los que íbamos a quitar las pensiones, no sólo no lo hicimos, sino que garantizamos por ley el cobro y su actualización anual.

Uno de los acuerdos de este Pacto es que no se haga utilización política de las pensiones, lo que me trae al recuerdo la anécdota con Rodrigo Rato y que hoy día asistimos sorprendidos ante la beligerancia con que el gobierno y su propio presidente han criticado al Gobernador del Banco de España por sus declaraciones del pasado día 15 en la Comisión del Pacto de Toledo.

Esta actitud ha vuelto a reabrir dudas sobre la viabilidad del sistema y han creado alarma.

El Gobernador aseguraba que la estrategia para mantener la sostenibilidad el sistema público de pensiones pasa por unas finanzas saneadas y que para ello había que tener en cuenta que no se puede seguir incrementando el déficit público porque hay que evitar que aumente la deuda publica como está ocurriendo.

También dijo que es preciso introducir reformas como en otros países. Asimismo advirtió que el superávit de la Seguridad Social podía desaparecer este año debido al impacto de la crisis y sus consecuencias en la destrucción de empleo. Se basaba en que se han perdido en el último año 1,2 millones de cotizantes y que en el mes de febrero no se hizo aportación al fondo de reserva de la Seguridad Social.

Lo cierto es que el Gobernador ha puesto el dedo en la llaga ya que tenemos una baja tasa de natalidad y vivimos mucho más por lo que se envejece la población.

También antes era normal una vida laboral larga y una jubilación corta porque se accedía muy pronto al trabajo y se vivía menos una vez jubilado.

Hoy estos datos se han invertido. Por ello hay que afrontar la situación y no hacerlo con descalificaciones o con promesas o previsiones que luego resultan falsas o no cumplidas como la mayoría de las que han hecho hasta ahora.