Cartas

La transparencia política

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La política es necesaria, los políticos son necesarios, y los partidos son los cauces para el desarrollo de la representación política. Pero en demasiadas ocasiones se acusa a los partidos de pervertir dicha función, y ciertamente al menos da la sensación de que son ciertas dichas acusaciones. Hay dirigentes que secuestra literalmente la voluntad de los militantes o en muchos casos dicha representación se privatiza.

Este político profesional ejerce sus funciones como un reparto de atribuciones y de prebendas con el fin de mantener un status económico y una influencia social -lotizacion- en la jerga italiana. El partido es mío y adopta un sentimiento patológico de propiedad postergando sus responsabilidades como servidor publico. Su necesidad de supervivencia le hace presa fácil y apetecible de los grupos económicos y financieros carente de toda ética que ven así abonado el camino para sus intereses.

Hemos entrado de lleno en el camino de la corrupción, políticos incapaces de desarrollar otra actividad fuera de la vida publica y sobre todo tan lucrativa y con la proyección social de ésta. El dinero fácil, la fama, el poder hace de estos sujetos piezas codiciadas por las sectas de carácter religioso que nos intentan imponer sus ideas al conjunto de los ciudadanos.

Es significativo que se organicen manifestaciones que tienen más un carácter de reivindicación religiosa que de interés para la sociedad. Políticos, dirigentes de organizaciones religiosas ultra conservadoras coinciden en los mismos planteamientos ¿Qué esta pasando? Estos grupos de presión fichan entre la clase política y sin los costes que comportan el ejercicio reglado de la actividad política pretenden controlar la agenda política para ejemplarizar con sus doctrinas. Desde el principio de los tiempos esto ha sido así. ¿Cómo mejorar entonces la capacidad de representación de los partidos?

Ante todo tomarse en serio la política, ésta no puede ser el refugio de los incapaces e incapacitados, dignifiquemos la actividad publica, participemos en las diferentes asociaciones, apliquemos el liberalismo político como una disposición firme a respetar la legalidad, que por otra parte es la mejor manera de rendir homenaje y darle sentido a esa virtud considerada por Kant como es la transparencia clave para la supremacía moral y para la propia supervivencia de un régimen político democrático. El tiempo que tenga el poder en mi partido o en la sociedad, trabajare para ampliar los derechos de los individuos y fueros para las minorías, logrando así garantizar el pluralismo, favorecer la poliarquía y ser un freno a la inercia de un poder perpetuo, concentrado, antidemocrático y corrupto.

Función capital

Las movilizaciones de los trabajadores sociales municipales reflejan una realidad insostenible. El crecimiento exponencial de las demandas es, desde hace tiempo, constante. Los servicios sociales, paradójicamente denominados el cuarto pilar del Estado de bienestar, pelean por responder a unas expectativas anidadas únicamente en discursos propagandísticos. Las planificaciones ciegas, al margen de quien conoce la realidad, sólo conllevan ineficacias. No se trata de apretarse el cinturón. Se impone ya una labor en condiciones, desde la integridad y con decoro. Es imposible sostener un sistema de protección ignorando y abandonando a quienes se encomienda su ejecución. Fabiola Moreno.

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