Antonio Hidalgo pugna con el defensa español del Valladolid, Marcos Rey ./EFE
FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Valladolid y Osasuna firman tablas

El equipo pucelano suma su quinto partido consecutivo sin marcar (0-0)

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Sin jugadores como Patxi Puñal, Krisztian Vadocz, Josetxo Romero o Walter Pandiani, Camacho no disponía de muchas alternativas, pero el técnico murciano siempre se las arregla para hacer de sus equipos un grupo corajudo e incómodo. Esta tarde no fue una excepción, pero fue el Valladolid el que comenzó amenazando por medio de Oldoni, cuyo testarazo, espléndido, se marchó fuera (min. 2).

Con Pedro León y Aguirre alternándose en las bandas, al Valladolid le costó mover el balón en los primeros minutos y eso que el holandés Medunjuanin dejaba chispazos de su clase. Por su parte el Osasuna, con el iraní Nekouman muy activo, atacaba a "arreones" de furia, pero sin claridad.

Con posesiones cortas por parte de ambos equipos, el partido era más intenso que bueno. Fue en una fase de dominio local cuando Iñaki Bea, tras un soberbio centro de Haris Medunjanin, pudo adelantar al Valladolid (min. 25).

También el brasileño Pedro Oldoni, más dañino que Goitom (habitual titular), pudo marcar después de una falta sacada por Pedro León. El partido estaba abierto y tenía un ritmo notable, pero las ocasiones de gol llegaban sólo a balón parado, donde ambos equipos sufrían en defensa.

Las últimas oportunidades

Sin embargo, al filo del descanso, el osasunista Juanfran estuvo a punto de sorprender a Sergio Asenjo en un disparo desde treinta metros. Cualquiera pudo haberse apuntado un triunfo parcial al descanso pero el 0-0 se hizo firme e inexorable.

Hasta el intermedio, el partido había sido una pelea incansable entre dos equipos similares y nadie manejó el balón ni aportó la pausa o el sosiego necesarios. La cosa no cambió mucho en los primeros minutos de la reanudación, aunque Mendilibar metió algo más de vértigo con Bartolomew Ogbeche, quien fue el recambio de un Oldoni ya muy cansado. Paradójicamente, el delantero nigeriano recibió al salir una atronadora ovación en un estadio que hasta hace poco se mostraba "inflexible" por su falta de capacidad goleadora.

Hubo en esta segunda parte un acusado bajón físico de ambos equipos y se asomó también el miedo a perder. Ambos factores "mataron" un partido en el que el Osasuna llegó algo más, pero que se fue diluyendo sin remedio, más aún tras la lesión de Pedro López, lo que trastocó la formación local.

Los dos porteros ponían el balón en juego con cierta calma, eso denotaba que el empate no era malo para ninguno y con esa "pinta" de empate a cero el encuentro llegó al final sin apuntes de peligro e inmerso en una sensación de sopor que "impulsó" a muchos aficionados a abandonar el estadio.