TRIBUNA

Creatividad e innovación

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El Parlamento de Estrasburgo declaraba al 2009 como el año Europeo de la Creatividad y de la Innovación. Pese a que esta apuesta, por entender y defender la innovación como herramienta ante los desafíos de la globalización, es recurrente desde 2006 no es menos cierto que ahora, y antes la complejidad del momento que vivimos, esta apuesta adquiere una significación especial.

En esta misma semana, y con la causa y pretexto de debatir y reflexionar sobre la impronta de la innovación en las empresas de nuestra bahía, La Cámara de Comercio presentaba un estudio sobre la importancia del trinomio I+D+i en nuestra realidad económica y empresarial. Dicho estudio hacía especial hincapié en acercarnos a las empresas de base tecnológica presentes en nuestro entorno más inmediato, en el mismo se arrojaban cuestiones claras y contundentes, muchas de ellas ya vaticinadas hace tiempo y con ello no quiero restar importancia al mismo, muy al contrario, ya que vienen a argumentar y refrendar ideas que desde hace mucho corren por el imaginario colectivo, pero que hasta el momento no se le habían dado la solvencia técnica precisa.

Andalucía lleva años trabajando en pos de la creación de un entorno favorable a la innovación, y ese trabajo se ha visto claramente reflejado en el nacimiento de productos y servicios innovadores. Quizá el máximo exponente de transferencia de resultados de investigación se visualiza en la creación de las llamadas empresas de gestión del conocimiento. Esas nuevas empresas han venido a liderar una estrategia renovada que pasa por percibir el cambio como una oportunidad, entidades con una capacidad exponencial de asunción del riesgo y todo ello gracias al tesón de los hombres y las mujeres que la conforman y también en gran medida al apoyo institucional. El Plan Bahía Competitiva es un ejemplo rotundo y eficaz de ello, por intentar posicionar al tejido económico de la bahía en el escenario global. En esta labor el papel de la educación y de la formación, como factores determinantes para aumentar la creatividad y el rendimiento de la innovación y la competitividad, resultan esenciales. En definitiva el llamado Triángulo del conocimiento, educación, investigación e innovación, una vez más se muestra como la única fórmula posible. Queda claro por tanto que esta apuesta por la innovación, por la creatividad y por crear un tejido empresarial del conocimiento solido no es solo una cuestión de las administraciones o de los emprendedores, sino del conjunto de la sociedad ya que solo así podremos encarar el cambio preciso.

Hace unos dias escuché al presidente Chaves hablar de ese cambio en la inauguración del nuevo Centro Europeo de Empresas e Innovación en El Puerto de Santa Maria,. En su exposición venía a decir que Andalucía necesita de nuevos empresarios, capaces de asumir que en la tradición se puede encontrar esa estrategia renovada para la innovación y que por ello es preciso y necesario hacer una revisión al modelo, invitando al empresariado a asumir este reto conjunto. Claro está, entonces y ahora me pregunto si las cajas y las entidades financieras serán capaces de participar en el proceso y de asumir su responsabilidad en ese nuevo modelo y créanme que al menos me mantengo esperanzado, más aun cuando se hacía público el apoyo de una entidad nacional, mediante la fórmula del capital riesgo, a las empresas andaluzas en fases de difícil apoyo. Pese a ello sigo echando en falta iniciativas de este calado entre la banca andaluza. Poco podemos desandar, pero si es evidente que podemos trazar puentes de futuro con el único fin de hacer de nuestra Bahía una región económicamente sostenible en 2013, si entonces no lo hemos logrado poco podremos hacer ya. Aplaudir por ello al Plan de Reindustrialización de la Bahía de Cádiz, una iniciativa que defiende la capacidad inmediata de reponer el tejido empresarial apostando por el sentido económico, innovando y atrayendo nuevas industrias refrendando así un único mensaje; la innovación es la medida más clara y contundente para competir y para poder salir de la crisis.

Como presidente de la Asociación Andaluza de Empresas de Base Tecnológica, tan solo afirmar que la gestión requiere de implicación y la implicación de concienciación con nuevas ideas y que todo ello no es posible sin la asunción de riesgos. Sin la innovación o la cooperación competitiva jamás podremos salir de la crisis, o al menos salir fortalecidos y no olvidemos que ese y no otro, es el objetivo. Ahora que se reconoce la importancia de labor de las empresas de gestión del conocimiento, ahora más que nunca es preciso que defendamos y enarbolemos la bandera del progreso y del desarrollo económico y las cifras nos avalan; En algo más de cuatro años una empresa de base tecnológica inserta en el entorno de la bahía, amortiza por impuestos las ayudas recibidas, diversifica la actividad económica, fomenta la cultura emprendedora y se convierte en un elemento de atracción tecnológica.

En Andalucía ya lideramos, y en clave de cooperación competitiva, la que a buen seguro será reconocida en el futuro como la revolución del conocimiento andaluz, y desde luego que este proceso, en gran medida, ha de partir de Cádiz y su bahía donde en gran medida se nutre nuestra masa crítica desde hace muchos años.