Cuestión de altura

Argentina no quiere utilizar la excusa de la altitud para justificar el sorprendente 6-1 que Bolivia le ha endosado a la selección de Maradona en partido valedero para el Mundial de Suráfrica. Reconozco que no soy persona de buscar excusas, pero sí de las que me gusta acudir al origen del asunto para ver porqué han surgido los problemas. Tanto Bolivia, como Ecuador y Perú tienen todo el derecho del mundo a jugar sus partidos de casa en su propia casa, aunque ésta sea una ruina para los visitantes. Algunos piensan que lo de la altura es una cuestión psicológica mientras que otros consideran que no es para tanto. He de confesar mi incredulidad en este aspecto hasta el pasado verano, cuando tuve la oportunidad de viajar a tierras peruanas. Nada más llegar a Cuzco (su equipo, El Cienciano, consigue puntuar casi siempre en su cancha) noté que me costaba respirar.

Prueba de que no era el único bicho raro son las bombonas de oxígeno que hay en el aeropuerto y en los hoteles. En una ocasión, pude ver cómo el vigilante de seguridad de un parador salía corriendo portando una de estas bombonas para socorrer a una desfallecida señora en la calle. Otro día, a un pobre alemán lo portaban, cuál paso de Semana Santa, rumbo a la cama. Cuando subías tres escalones, te cansabas igual que si hubieras recorrido la playa de la Victoria trotando. Sin embargo, no a todos afecta por igual independientemente de si practicas o no deporte. Por lo tanto, es normal que Messi afirme que es imposible jugar en La Paz y que, por contra, Zanetti considere que no es un factor tan importante. Como aún les queda el viaje a Quito, lo mejor será irse con el suficiente tiempo para aclimatarse (al tercer día ya estás de maravilla) y, por supuesto, tomar mucha hoja de coca para recuperarse, siempre y cuando no dé positivo en el control antidoping, claro.