MANIFESTACIÓN. Un millar de delegados sindicales se manifestaron ayer en la Cuesta de las Calesas. | Óscar Chamorro
Ciudadanos

El mercado laboral se desmorona y deja ya 154.524 parados en Cádiz

El sector servicios, en pleno mes de Carnaval, suma casi 2.000 desempleados más La provincia encadena 19 meses con incrementos de demandantes de empleo

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Ocurre, por ejemplo, en las guerras. Y en los países pobres. Son tantas y de formas tan variadas las desgracias que se suceden que, también por ejemplo, un avión se estrella (por accidente o bombardeado, dependiendo del símil que se coja), mueren unas 200 personas y la opinión pública no se inmuta. La sociedad acata el sufrimiento. Lo que no quita la gravedad de que hayan muerto 200 personas más. El mal es el mal.

La provincia de Cádiz (salvando igualmente las distancias en términos de gravedad con todo lo anterior) ya está acostumbrada al paro. Está en su ADN, en su DNI y en su cartilla del SAE. Por eso, que se diga que febrero acabó con 3.253 nuevos desempleados apuntados a las oficinas del antiguo INEM suena a historia conocida. Los hay que aseguran, como el delegado provincial de Empleo, que es de las provincias andaluzas donde menos aumentó el problema, con un alza del 2,15% frente a la media regional del 3,93% y la nacional del 4,63%. Es verdad, por lo tanto, que parece no ser escandaloso el dato.

Los más optimistas, incluso, se aferran a lo mejor de las tablas, como que en el último año el paro ha engordado un 36,15% en la provincia y en España el acelerón es del 50,38%. ¿Mal de muchos consuelo de tontos? No hace falta insultar, sino recordar que, a diferencia de España, Andalucía y muchas de las provincias vecinas, Cádiz lleva ya 19 meses consecutivos con subidas del paro (en el resto de los desiertos siempre se ha encontrado un oasis). Que los 154.524 desempleados que acumula el mercado laboral gaditano es una cifra récord que no se veía por aquí desde mediados de los noventa (en lo más infernal de la anterior recesión). Que febrero, un mes que debería contar con cierto viento de cola en el sector servicios por eso de que el Carnaval mueve la contratación, se fue con 1.944 personas que estrenaban su paso por las sedes de Empleo en esta rúbrica. A día de hoy, y sin contar con los centenares que se hayan sumado en los primeros días de marzo (ésa es la media, centenares de nuevos parados al día), el sector terciario, del que vive una zona como la provincia, acumula casi 75.000 demandantes de un puesto. La misma cantidad de parados totales que tiene la provincia de Granada.

Que muchas de esas personas de servicios vinieron de esos grupos que la sintaxis oficialista llama colectivos de riesgo: Mujeres y menores de 25 años alimentaron las cifras en negro del segundo mes del año.

Que la construcción deja 600 desempleados de nuevo cuño y lo peor que se puede decir de ello es que parecen pocos a estas alturas. Que ni la agricultura (con la concatenación de vendimias o recogidas de fresa incluidas) apila leña al montículo. Que la industria sufre una sangría no menos continua que los demás (se acerca a los 11.000 y eso que no están los 1.500 de Delphi). Que los que se catalogan como sin empleo anterior son 30.000, los más numerosos de España con esta etiqueta.

Que la contratación apenas se contenta con 34.000 acuerdos, 32.438 de ellos temporales (no hace muchos meses casi duplicaba con facilidad estos guarismos).

Que la Seguridad Social es lo más triste entre lo triste. Aquí hasta la provincia sale escaldada de sus comparaciones con las demás y el número de afiliados se ha recortado en cerca de un 8% (entre las cinco provincias con mayor bajada) en un año. Que una caida del 8% supone 30.650 gaditanos que han perdido un empleo.

Que todo esto empieza a ser una costumbre. Una mala costumbre.