POLÉMICA. Local instalado en La Caleta que provocó airadas protestas. / ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

Los quioscos podrán ocupar hasta 350 metros en los parques y jardines

La oposición reprocha al PP que cambie las normas en el nuevo PGOU para instalar restaurantes en espacios libres, pese a que antes ya dijo que eran legales El proyecto saldrá a licitación antes de verano por 14 millones de euros

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«No querían caldo, pues toma tres tazas». Con un clásico, pero efectivo refrán resumió ayer el portavoz socialista, Rafael Román, las nuevas directrices del PGOU en lo que se refiere a la instalación de los polémicos quioscos-bares en espacios públicos de la ciudad. Tras la polémica creada por la instalación de dos de estos establecimientos hoteleros en zonas peatonales y protegidas -como el entorno de La Caleta- y en un jardín público (los antiguos cuarteles de Varela), el equipo de Gobierno ha decidido no dejar más espacio a la duda. Así lo admitió la propia alcaldesa, Teófila Martínez, que ya precisó en su día que aunque mantenía que la instalación era legal y se ajustaba a lo que decía el vigente PGOU (el de 1995), en el próximo se dejaría más claro aún.

Hasta 350 metros cuadrados podrán tener estos negocios instalados en espacios públicos. Se trata de despejar las posibilidades de que colectivos de ciudadanos o la propia administración recurran a los tribunales para declarar ilegales estos equipamientos ya instalados y en funcionamiento.

Dentro de la diferenciación que se hace de las zonas públicas (playas, parques urbanos, jardines y espacios libres), lo que prácticamente no cambia es lo de las playas. La superficie permitida de los chiringuitos será, como máximo, 150 metros cuadrados.

La diferencia está en las otras categorías. En los parques se dejará construir hasta 350 metros cuadrados, aunque no puede ocupar más del 3% de la superficie del parque. En los jardines, el máximo será 300 metros y en los espacios urbanos, 250 metros cuadrados. Se elimina, además, la obligación de que las instalaciones sean desmontables.

«No entiendo por qué se produce el cambio ahora, cuando habían dicho ustedes que la instalación de quioscos se ajustaba al PGOU escrupulosamente», reprochó Sebastián Terrada al equipo de Gobierno.

Romaní defendió la idea, aunque pasó de puntillas sobre este asunto, «porque la ciudad se forma con el esfuerzo de todos» y agregó que «una ciudad moderna debe tener todos los equipamientos posibles». La alcaldesa fue más allá y denostó al Grupo Socialista por criticar solamente y no tener un modelo de ciudad claro: «Su modelo es de ciudad dormitorio y el nuestro de ciudad pujante». Defendió el PGOU porque asegura que «desde Carranza no se tomaban decisiones como éstas». Se refirió en concreto a «aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan».

mcaballero@lavozdigital.es