MUNDO

Desaliento

Todavía hoy, refiriéndose a la cumbre árabe-israelí celebrada en Madrid hace casi 17 años, la página web del ministro de Asuntos Exteriores israelí muestra un informe esperanzador que subraya «cómo el proceso (de Madrid) sigue adelante, los frutos de la paz son cada vez más evidentes». Tiene que ser un mensaje agriamente irónico estos días para muchos de los civiles que viven en Gaza. Es evidente que lo que hace falta ahora es otro esfuerzo internacional como el desplegado en la capital española para lograr una tregua en el territorio palestino. ¿Pero donde están los países dispuestos a hacerlo?

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Como ocurre siempre cuando se trata de Israel, EE UU tendrá que involucrarse para que exista la más mínima posibilidad de un acuerdo. Pero de momento no hay nadie en Washington en condiciones de mover ficha. A la Administración Bush le quedan sólo tres semanas y aún menos voluntad de hacer algo para evitar la guerra. Igual que hace dos años, cuando Israel invadió Líbano, la Casa Blanca no ha querido refrenar a sus aliados en Tel Aviv, por lo que en su primera comunicación la secretaria de Estado Rice condenó a Hamás pero no al Gobierno hebreo. Se supone que Obama reaccionará, pero hasta la fecha el presidente electo se limita a repetir que «EE UU sólo tiene un presidente a la vez» sin desvelar su plan, si es que lo tiene. Y resulta significativo que ante la reunión de ayer de los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, no se esperara más que unas expresiones de horror y unas críticas duras contra los dos bandos. Aunque la Unión es un socio muy importante para las exportaciones israelíes, no habrá acción ni ninguna posibilidad de imponer sanciones: Alemania, por razones históricas, y Reino Unido, por razones geopolíticas, la vetarían.

La Liga Árabe tiene intención también de reunirse. Sin duda condenará a Israel, pero es dudoso que haga algo más en ausencia de la mítica 'unidad árabe'. Mientras algunos estados, como Siria, han adoptado una línea dura, otros como Jordania o Egipto mantienen acuerdos diplomáticos con Tel Aviv. Y entre Hamás y la Autoridad Palestina que controla Cisjordania existe una enemistad abierta y sangrienta. La comunidad internacional tiene que promover el espíritu de Madrid para evitar una matanza mayor. Pero las señales no son alentadoras cuando, además, no se dispone de mucho tiempo.