ÉXITO. Pedro Álvarez, con alguno de sus productos más representativos. / VICTOR LÓPEZ
Cultura

Toma chocolate

El recetario del gaditano Pedro Álvarez acaba con los 7.000 ejemplares de la tirada inicial en dos meses y ya es uno de los libros de cocina más vendidos del país

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Tan dulce o tan amargo, el chocolate es único y diverso, porque encierra mil placeres distintos. De la onza áspera, a la lámina suave que recubre el bombón, pasando por cookies, tartas o tiramisús, hay chocolates tiernos y duros, esenciales y mestizos. Su disfrute -o su adicción- es un regalo universal, que no entiende de clases, medidas ni protocolos. Quizá esa sea la clave que ha hecho de Chocolate Moderno (El País-Aguilar), uno de los libros de cocina más vendido del momento, con los 7.000 ejemplares de la tirada inicial agotados en menos de dos meses. El autor del milagro es el equipo de la empresa Pancracio, dirigida por el gaditano Pedro Álvarez, que anunció ayer una segunda edición tras la espectacular acogida de la propuesta.

De entrada, revistas de estilo y tendencias como Elle o Vogue, además de una larga relación de publicaciones especializadas en gastronomía, se han hecho eco de las bondades del recetario made in Cádiz. Le dedican una colección de elogios que van desde «original» (el más repetido) hasta «dan ganas de comerse sus páginas» (de un conocido crítico gastronómico). Razones no faltan.

Por moderno, Pedro Álvarez se refiere a un concepto puramente artístico: útil, cómodo, sin rarezas. De hecho, el empresario cree que ésa ha sido la fórmula del éxito: «Lo que proponemos son recetas que cualquiera, con un poco de motivación y tiempo puede realizar en su casa, sin ingredientes extraños y sin maneras ni utensilios de profesional». En una palabra: «Funcionan».

El público, así, es amplio y casi que está convencido de antemano. «El chocolate tiene un buen número de aficionados, amantes puntuales y forofos, que tienden a comprar estos productos en las tiendas, pero que nunca se han atrevido a darse el doble placer de comer algo que, además, han preparado ellos mismos».

Hay recetas de todos los lugares del mundo: repostería europea y americana, cakes, tiramisús, galletas, souflés o islas flotantes en sopa de chocolate. «Hemos intentado salirnos de lo habitual, porque hay toda una cultura del chocolate repartida por los cinco continentes», apunta Pedro Álvarez.

Otro de los aciertos incuestionables del libro es la inserción de información práctica sobre el producto en sí: su historia, nociones básicas para sacarle el máximo provecho en la cocina y toda una lista de lecciones elementales de cocina para quien no esté familiarizado con las cazuelas: cómo batirlo, las claves del baño a vapor, los utensilios imprescindibles, etc...

Un diseño innovador

La apuesta de Pancracio pasa, además, por innovar en todo lo relacionado con la maquetación, la fotografía y el diseño, lo que, unido a una impresión de alta calidad, ofrece un incentivo añadido. Algunas de las fotografías «son tan suculentas, que varios lectores nos han comentado que se les abría el apetito sólo con abrir sus páginas», comenta Álvarez.

Pancracio nació como empresa en 2003, después de que Pedro Álvarez, a mediados de los 90, en Nueva York, tuviera una idea en la que «ponerse a trabajar»: un coffe bar, pero que incluyera una pequeña producción propia de turrones y trufas, en las que debían especializarse de un modo artesanal, con un diseño muy cuidado y estiloso. Después de algunos años de trabajo, los resultados son, cuando menos, para chuparse los demos.

dperez@lavozdigital.es