Una muestra fotográfica retrata la amistad entre Picasso y Alberti

Picasso y Alberti no se percatan de la presencia del objetivo. Están inmersos en un mundoque tan sólo era de ellos. Leen algunos textos, ríen, charlan tranquilamente o simplemente miran hacia la nada. La complicidad y la amistad están presente en todas las instantáneas. Con motivo del 106 aniversario de Rafael Alberti, la fundación portuense inauguró ayer la exposición de fotografías de Roberto Otero tomadas durante las visitas del poeta al pintor en Mougins. La muestra, cedida por el museo Picasso, es una selección de 21 instantáneas titulada Picasso y Alberti: Imágenes de una amistad, que permanecerá en la Sala Audiovisual de la fundación hasta el próximo 11 de enero.

El silencio se adueñó ayer de la sala para dejar pasar a los espíritus de estos dos grandes artistas del siglo XX, que por unos días, mostrarán su cotidianidad a las personas que visiten la exposición. Las imágenes son tan palpables, que casi puede adivinarse lo que decían y pensaban sus protagonistas cuando Otero capturó el genial momento.

Muestran las visitas que el poeta portuense, exiliado en Roma, realizaba al pintor malagueño exiliado en Notre-Dame-De-Vie. Las escenas se desarrollan en la casa que Picasso tenía en Mougins, un pequeño pueblo en la Costa Azul, al sur del país galo.

Tan sólo hay una foto de grupo. Corresponde a mayo de 1967 y en ella aparecen Manuel Ángel Ortiz y su mujer, Jeanne-Brigitte Dadin, Francisco Bores y su mujer, Reia Perewozska, Aitna, Jacqueline, Rafael Alberti y Picasso. En el resto de imágenes no hay hueco para invitados.

Bernardo Laniado-Romero, director del Museo Picasso, fue el encargado de llevar a los que ayer visitaron la muestra al pasado para explicarles cada una de las fotografías. El alcalde, Enrique Moresco, y la viuda de Alberti, María Asunción Mateo, acompañaron a Laniado-Romero durante todo el recorrido.

En las imágenes, Picasso y Alberti muestran el interés común que compartían por todo tipo de arte. En algunas observan cuadernos de apuntes, revistas antiguas, cerámicas o dibujos. Siempre ignorando la presencia del objetivo.

Aparece Alberti, de espaldas, en mayo de 1966. De frente está Picasso, que recibe del poeta un ejemplar de X Sonetos Romanos.

La pintura de Picasso también está presente en algunas de las instantáneas. En un momento capturado en mayo de 1965 el alagueño muestra con naturalidad su cuaderno de apuntes, símbolo de la complicidad que ambos mantenían. Al fondo, la obra Hombre, mujer y niño. En otra de las imágenes, también tomada ese mismo año, aparece la obra Paisaje, en el fondo de la habitación. Pero Picasso no muestra más pinturas. El resto de obras están de espaldas, ya que como explicó ayer Bernardo Laniado-Romero, «el artista malagueño sólo enseñaba las obras que el creía conveniente, guardando la intimidad de las que consideraba que no debían ver la luz».

Dibujos dedicados

Estas instantáneas pertenecen al archivo del museo Picasso, que consta de 1.500 fotos realizadas por Otero en la década de los 60 sobre el pintor. Para la ocasión se han seleccionado estas 21 en las que aparece Alberti.

Además, en la misma sala, se han instalado vitrinas con libros con dibujos a pluma de Picasso dedicados a Alberti, además de la edición de Kairós del libro Los ocho nombres de Picasso y no digo más que lo que no digo, del escritor portuense, con hojas pintadas por el malagueño. Verán la luz también dos volúmenes realizados para las últimas exposiciones de Picasso en el Castillo de los Papas de Aviñón a los que Alberti les hizo la introducción. También se han expuesto varias traducciones a otros idiomas de estos textos.

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