Un operario de Azpeitia coloca una ikurriña a media asta en el consistorio. /Efe
atentado terrorista

Miles de ciudadanos repudian a ETA en Azpeitia tras dar su último adiós a Ignacio Uria Mendizábal

MADRID/SAN SEBASTIÁN Actualizado: Guardar
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Miles de vecinos de Azpeitia, empresarios, trabajadores y representantes políticos han repudiado a ETA en la manifestación que ha recorrido esta localidad guipuzcoana tras el funeral oficiado en la iglesia parroquial, donde han dado su último adiós a Ignacio Uria Mendizábal, el constructor asesinado por la banda terrorista.

El silencio se ha apoderado de este municipio, cuna de San Ignacio de Loyola, cuya basílica se encuentra a poca distancia del lugar donde el pasado miércoles cayó abatido a tiros el empresario. Tanto en el exterior del templo, donde cientos de personas siguieron por megafonía la homilía del obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, como a lo largo de la manifestación, que ha hecho un largo recorrido por el municipio, han sobrado las palabras.

El coche fúnebre con los restos mortales de la última víctima de ETA han llegado a la Parroquia de San Sebastián de Soreasu acompañado por otros cuatro vehículos que portaban las decenas de coronas de flores. A su llegada, el párroco ha salido a recibir a los familiares, entre los que estaba la viuda, sostenida por su hija menor, Jaione, y otros allegados. Durante la ceremonia, el templo, con capacidad para 700 personas, se ha llenado por completo, mientras varios centenares de personas más se agolpaban en el exterior, desde donde seguían la homilía.

En su homilía, el obispo de San Sebastián, José María Uriarte, ha denunciado como "un hombre ha sido abatido como una pieza de caza, un hijo de Dios ha sido tiroteado como un criminal, una familia ha sido sumida en un mar de dolor, un empresario que brinda trabajo ha sido eliminado violentamente, un proyecto avalado democráticamente quiere ser neutralizado por la fuerza y la sangre derramada, una sociedad enfrentada a graves problemas ha sido de nuevo herida en su esperanza". "¿Es éste el camino para la liberación que ETA promete?, ¿qué liberación?", se ha preguntado.

El obispo se ha dirigido también a los empresarios amenazados por la violencia, subrayando que "sintonizamos con la pesadilla que muchos sufrís en vuestra carne y en la de vuestra familia". "Tenéis todo el derecho y la necesidad de contar en estos momentos con el apoyo neto de la sociedad y con la defensa eficaz de vuestra vida y vuestros bienes", ha añadido. De igual forma, a los trabajadores de las empresas amenazadas Uriarte les ha indicado que "tenéis igual derecho a que se garantice al mismo tiempo vuestra seguridad y vuestro trabajo".

Ikurriña a media asta

"Pertenecemos todos a este pueblo, cabemos todos en este pueblo, salvo aquellos que se autoexcluyan por su palabra o por su conducta. En esta casa solariega de nuestro pueblo, la Iglesia os repite con persistente convicción: hagamos la paz entre todos y para todos", ha concluido.

Después de las exequias, los familiares de Uria han encabezado la manifestación convocada por el Gobierno Vasco para condenar el último asesinato de la banda terrorista ETA, en la que también han participado las autoridades que asistieron al funeral. Bajo el lema ETA kanpora, ETA fuera, la marcha partirá de la Plaza Pérez Arregi, lugar donde fue asesinado Inaxio Uria, y ha recorrido las principales calles de la localidad para mostrar la repulsa ante este nuevo acto terrorista.

En la plaza del Ayuntamiento, se han encontrado con una ikurriña con tres crespones negros colocada esta tarde por orden del alcalde, Iñaki Errazkin (ANV). Hasta hoy no se había colocado ninguna bandera en la fachada del edificio consistorial. El asesinato de Uria es el primero tras la detención en Francia del 'número uno' de ETA, Garikoitz Azpiazu, 'Txeroki'.