LUTO. Cientos de azpeitarras mostraron su dolor. / IGNACIO PÉREZ
ESPAÑA

Azpeitia vence el miedo unas horas para decir 'no' a ETA

Cientos de personas arropan a la familia del empresario asesinado Los carteles de la convocatoria desplazaron a los de los presos

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Azpeitia venció el miedo a ETA. Aunque fuera sólo por unas horas, los demócratas tomaron la ciudad gobernada por el brazo político de la banda, Acción Nacionalista Vasca (ANV), para decir no a los terroristas y mostrar su solidaridad con la familia del empresario Ignacio Uria Mendizabal. Cientos de personas anónimas y representantes de instituciones, partidos políticos y del mundo empresarial participaron en las concentraciones de repulsa al último crimen etarra y arroparon a la numerosa familia del industrial asesinado.

Pero no sólo los demócratas coparon la calle. También los carteles llamando a la concentración de repulsa a ETA frente al Ayuntamiento desplazaron la habitual propaganda de la izquierda abertzale que inunda las calles de Euskadi. Desde primera hora de la mañana, varios voluntarios empapelaron Azpeitia con un bando, con el membrete del Ayuntamiento, que da cuenta del acuerdo del Consistorio para condenar el atentado con el apoyo de los concejales de PNV, EA y Aralar. Los vecinos estaban convocados a participar a mediodía en la concentración frente al edificio municipal para condenar el «cruel atentado» y mostrar que están «comprometidos contra la violencia y la barbari». Eso sí, el Consistorio pidió que no hubiera pancartas ni lemas que «nos dividan».

El llamamiento tuvo su eco. No se llenó la Plaza Mayor, pero casi un millar de personas se concentraron en el corazón del pueblo de mayoría abertzale. Fue durante quince minutos, en silencio, bajo una pertinaz lluvia, mucho frío y siempre bajo la atenta mirada de los vecinos desde los balcones en los que ayer todavía lucían las pancartas pidiendo el acercamiento de los presos etarras.

Capilla ardiente

No faltó la familia de Uria. Uno de sus hermanos, sus hermanas y varios de sus sobrinos acudieron a la cita y recibieron el calor de los vecinos y de la clase política y empresarial. El lehendakari Juan José Ibarretxe encabezó la concentración. Junto a él estuvieron, entre otros muchos, los presidentes de Confebask y de Adegi, Miguel Lazpiur y Eduardo Zubiaurre; dirigentes políticos como Iñigo Urkullu (PNV), Patxi López (PSE), Antonio Basagoiti (PP), Unai Ziarreta (EA) y Javier Madrazo (EB); el presidente del Senado, Javier Rojo; el ex presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y varios consejeros del Gobierno autonómico, así como directivos y trabajadores de Altuna y Uria.

Las concentraciones no fueron la única muestra de cariño a la familia del constructor asesinado. Desde que a las 9.00 horas quedara instalada la capilla ardiente en el tanatorio de Azpeitia, decenas de vecinos anónimos acudieron a las humildes instalaciones de la funeraria de la plaza Damaso Azkue, que se quedaron pequeñas.

A pesar del frío proveniente de las cercanas cumbres nevadas y de la humedad, los azpeitarras aguardaron pacientemente para dar sus condolencias a la viuda, hermanos e hijos de Ignacio Uria. También por el tanatorio, blindado con estrictas medidas de seguridad, pasaron durante la mañana representantes políticos, sindicales y de la patronal para dar su pésame.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, coincidieron en la capilla ardiente, donde expresaron su cercanía y solidaridad con la familia del fallecido. La visita de Rodríguez Zapatero, quien estuvo acompañado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se prolongó durante una hora, mientras que Rajoy permaneció tres cuartos de hora en el tanatorio de Azpeitia, donde está instalado el velatorio. Aunque los dos líderes políticos coincidieron en el centro funerario, ambos expresaron por separado su pésame a la viuda, Manoli Aramendi, quien los recibió «tranquila» y departió con cada uno de ellos durante «bastante tiempo», según informaron fuentes de la familia

A lo largo de la tarde, se acercaron hasta Azpeitia amigos de Ignacio Uria y víctimas del terrorismo como el abogado José María Múgica, hijo del histórico dirigente socialista asesinado por ETA Fernando Múgica, que trasladaron sus condolencias a los familiares del empresario, al igual que el Ararteko (Defensor del Pueblo del País Vasco), Iñigo Lamarca. También acudieron a la capilla ardiente la presidenta del Parlamento Vasco, Izaskun Bilbao (PNV), y todos los miembros de la Mesa de la cámara autonómica.

Los restos de Ignacio Uria serán velados hasta las 18.00 horas de hoy, cuando el cuerpo será trasladado a la vecina parroquia de San Sebastián de Soreasu, donde tendrá lugar el funeral. Tras el oficio religioso, sobre las 19.30 horas, se celebrará una manifestación de repulsa por las calles de Azpeitia, convocada por el Gobierno vasco

Seguridad del AVE

Además, la seguridad del Tren de Alta Velocidad se ha convertido en el objetivo central de las Administraciones central y vasca. Los Gobiernos de Madrid y Vitoria están preparado la celebración de una reunión urgente al máximo nivel para estudiar la situación creada tras el asesinato Ignacio Uria, responsable de una de las 35 empresas que participan en la construcción del trazado. El consejero de Interior, Javier Balza, adelantó ayer que el objetivo de esta cumbre es «atender las demandas directas de los empresarios y diseñar de forma coordinada las medidas de seguridad».