VIGILANCIA. Un destructor italiano de las fuerzas de la OTAN protege a un mercante que navega por el Índico ante un posible ataque. / AFP
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Los piratas se adueñan del Índico

Los corsarios suman dos capturas más y ya retienen a 18 barcos en el puerto de Eyl

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Un carguero griego y otro pesquero tailandés constituyen los últimos apresamientos de los corsarios somalíes. Tras estas capturas, comunicadas ayer por el Programa de Ayuda Marítima, los secuestradores mantienen en su poder 18 buques y retienen a 300 marineros, la mayoría filipinos, en sus refugios en torno al puerto de Eyl, en la costa de Putlandia. Además del aumento en el número de abordajes y el relieve de las conquistas, caso del superpetrolero 'Sirius Star', destaca la expansión de su área de actuación. El navío saudí fue interceptado a 800 kilómetros al sureste de la ciudad keniana de Mombasa, muy lejos del Golfo de Adén, tradicional base de operaciones.

Además, también se ha sabido que el 'Tabar', una fragata india de patrulla en el Golfo Pérsico, se enfrentó a tiros con un barco presuntamente destinado a esta labor que iba armado. Tras avistarlo, la nave militar intentó detenerlo, pero sus tripulantes respondieron con fuego de ametralladoras y lanzagranadas. Los marinos repelieron el ataque y provocaron varias explosiones en el barco agresor, que fue abandonado.

Las fuerzas navales de la UE y la OTAN siguen los movimientos del barco hongkonés apresado el lunes cuando se dirigía al puerto iraní de Bandar Abbas, según ha señalado el Centro Marítimo Internacional para la Información sobre la Piratería (IMBPRC). Esta fuente asegura que los observadores mantienen un canal de comunicación con el capitán. «A los piratas nadie les para, los militares únicamente intentan proteger, sin la necesaria capacidad para vigilar todo el Cuerno de África», aseguró ayer Noel Chong, portavoz de la entidad.

El cambio de sus territorios de pillaje y el aumento del número de somalíes que se integran en estas actividades, atraídos por sus pingües beneficios, dificultan su combate. Desde enero, se han producido 95 ataques, 39 de los cuales culminaron con el secuestro de la nave, generalmente abordada por lanchas rápidas y conducidas hasta la república oficiosa de Puntlandia, en el norte de Somalia.

El asalto al petrolero 'Sirius Star', efectuado el pasado fin de semana, revela que los corsarios disponen de una importante infraestructura. Su efectividad se halla relacionada con la posesión de equipos de alta tecnología, capaces de hacer el seguimiento de las posibles presas y de ubicar los buques armados que intentan protegerlas.

Según declaraciones del príncipe Saud al Faisal, ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, los propietarios del transporte han iniciado negociaciones para recuperar el buque y su carga, valorada en más de 72 millones de euros. Una página web local indica que los captores demandan un rescate de 200 millones de euros. La televisión qatarí 'Al Yazira' también ha difundido una grabación sonora de uno de los piratas, identificado como Farah Abd Yame, en la que se asegura que ya hay negociadores a bordo del barco y también en tierra, y que se reclama un pago en efectivo.

Cambio de rutas

Hasta la fecha, se calcula que los armadores de los navíos apresados han pagado unos 24 millones. Ayer también se informó de la liberación del 'Great Creation', un carguero hongkonés retenido desde el pasado 18 de septiembre. El aumento del riesgo para el transporte ha motivado la decisión de algunas compañías de renunciar al paso del canal de Suez y rodear África por el cabo de Buena Esperanza para eludir los ataques, aunque esta opción aumente los costes.

El primer ministro somalí pidió ayer la colaboración internacional para acabar con las redes criminales internacionales que operan en la zona. «Las operaciones de guerra naval, por sí mismas, no serán suficientes», afirmó Nur Hassan Hussein, quien también advirtió que los asaltos se producen con la connivencia de agentes en el mar, la tierra y el extranjero.

Los analistas consideran que los piratas somalíes cuentan con apoyos en Yemen y, posiblemente, Nigeria, y que los fondos obtenidos sirven para financiar grupos terroristas.