SERGIO GALEA. 'Le nid tiede et calme', una de las obras expuestas en la galería. / L. V
Cultura

Repóquer de artes en Gades

Inma Naranjo, Paco Aguilar, Serena Fortín, Sergio Galea y Fram Ramírez exponen en la galería de Chiclana una selección de sus obras recientes

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Las pinturas de Inma Naranjo son poemas perfectos. Los cuadros de Paco Aguilar, viajeros a la búsqueda de algo esencial. Las esculturas de Serena Fortín convierten el agua en madera. Las piezas de Sergio Galea dialogan, intensamente, con la naturaleza. Las de Fram Ramírez sostienen su espíritu sobre un esqueleto eléctrico de tensión lírica. Cinco artistas, cinco formatos, cinco técnicas, cinco miradas, cino maneras de traducir el mundo. Y todas ellas se enfrentan -o se encuentran- ahora mismo en la Galería Gades.

Entre líneas, la muestra colectiva con la que Ramón Pareja inicia la temporada de invierno de uno de los espacios expositivos más inquietos de la provincia, es una apuesta más por «dar a conocer a valores consolidados del arte andaluz, con prioridad absoluta para los gaditanos, ya que cuatro de los cinco autores que protagonizan la exposición son de aquí o viven aquí».

Inma Naranjo está considerada, a pesar de su juventud, una renovadora en el campo de la pintura de tema surrealista. En Gades presenta una serie de siete piezas sobre las cuatro estaciones. Técnicamente, se expresa en óleo sobre lienzo. Busca así una interacción constante con el espectador, del que espera «cualquier sentido, porque la obra se presta a muchos». Como explica Ramón Pareja, «las pinturas de Inma podrían resumirse en una máxima: A más miradas, más interpretaciones; a más interpretaciones, más sensaciones; a más sensaciones, más sentimientos».

Los cuadros de Inma Naranjo muestran una extraordinaria sensibilidad, hasta el punto de que la crítica ha calificado sus creaciones como «poemas perfectos, pero nunca cerrados».

Un maestro del grabado

Paco Aguilar, por su parte, participa de la colectiva con un compendio de pinturas y grabados en el que destaca la preeminencia del espacio y la reducción del tamaño de los objetos y signos visibles de la composición.

En esa búsqueda de lo esencial, se enfatizan elementos estrictamente plásticos y puramente formales. Las piezas -según su autor- encierran los enigmas que transcurren en los vastos dominios de la memoria.

Aguilar está considerado uno de los grandes maestros actuales del grabado español, que tiene en su haber algunos de los premios internacionales más importantes de esta modalidad.

Serena Fortín, nacida en Italia, pero residente en Jerez, trabaja desde hace años la talla en madera. Realiza una suerte de joyas de madera, grandes y pequeñas, entre las que tiene una importancia fundamental que «las formas fluyan».

Lo consigue hasta tal punto que algunos críticos se refieren a sus creaciones como «frutos de madera líquida», por la viveza con que representan una especie de líquido interior oculto.

Sergio Galea se decanta por las instalaciones: objetos encontrados y esculturas o imágenes (fotografías viradas, radiografías), que fabrica utilizando, muchas veces, el calco. Su interés formal por la mezcolanza se traduce en el uso de planchas de cemento negro con perfiles litográficos. Gaston Bachelard considera que sus obras buscan indagar en la prórroga de la idea de infinito inserto en el ser, nuevos poemas de raíz surrealista sobre el ensueño y sus múltiples posibilidades.

Fram Ramírez y sus diálogos con la naturaleza emplea conceptos poéticos, transparentes, para construir una obra que se construye sobre una eléctrica tensión lírica. Raíces, lianas, caracolas que hablan de un mundo interior en conexión permanente con todo el universo.