4.000 millones de móviles

En los países más ricos del mundo, hace años que dejó de ser noticia que haya más teléfonos portátiles que fijos, que los niños más pequeños tengan un celular o que cientos de miles de personas tengan más de un aparato. Pero las cifras mundiales del uso de la telefonía móvil se empeñan en asombrar a los más prudentes. Ahora es la cifra planetaria de terminales a finales de año la que resulta llamativa. El planeta Tierra contará con «4.000 millones de teléfonos móviles antes de finales de año», según las últimas estimaciones que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) difundió el pasado fin de semana.

Este número tiene una traducción aún más chocante, el 61% de la población mundial tendrá un teléfono móvil cuando expire 2008. Este porcentaje, como todos, necesita interpretación, puesto que son muchas los usuarios de países ricos que tienen dos y tres teléfonos, lo que falsea el reparto de unidades por habitante de la Tierra. Aún así, el incremento de la cifra, pese a la crisis económica mundial, es el más rápido desde que se generalizó esta tecnología.

«Desde comienzos de siglo, el crecimiento del número de titulares de teléfonos móviles es impresionante, con una progresión anual de alrededor del 24% entre 2000 y 2008», recalca un portavoz de la UIT.

El año 2008 da un brinco muy considerable respecto a finales de 2007, cuando había 3.300 millones de teléfonos móviles, una enorme progresión debida en gran parte al desarrollo de los mercados emergentes, en particular los de Brasil, China, India y Rusia, añadió. «Estas economías deberían contar por sí solas con más de 1.300 millones de teléfonos antes de finales de año», según la UIT.

«China superó los 600 millones de aparatos durante el año, convirtiéndose de lejos en el mercado más importante de móviles de todo el planeta», añadió. India también tiene un «fuerte potencial», según la UIT, con 296 millones de teléfonos móviles a finales de julio y una penetración celular de sólo el 20%.

La UIT hace hincapié en que los 4.000 millones de teléfonos móviles en la Tierra han sido posibles gracias a la «liberalización» del mercado, lo que ha propiciado que se abaraten los terminales y las líneas en países de economía en desarrollo.