FACHADA. El antiguo colegio mayor de la capital se utiliza ahora como almacén, aunque de manera temporal. / VÍCTOR LÓPEZ
CÁDIZ

Patrimonio, el PGOU y la Ley retrasan la residencia universitaria Beato Diego

El proyecto iba a convertir este inmueble de la Universidad de Cádiz en el mayor inmueble de alojamientos para estudiantes, con 155 plazas El Nuevo Plan de Vivienda obliga a hacer los dormitorios de 12 metros cuadrados y el avance del Plan limita los aparcamientos a una planta

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La rehabilitación del Colegio Mayor Beato Diego es un proyecto largamente acariciado por la Universidad de Cádiz (UCA) pero sobre todo, por sus alumnos. No hay más que echar un vistazo a los tablones de anuncios en los campus. Los alojamientos en la zona universitaria no abundan, suelen ser caros o directamente prohibitivos.

La recientemente abierta residencia de la calle de La Palma y los apartamentos de la plaza de la Catedral son hasta ahora las únicas viviendas públicas para los estudiantes, amén de otras residencias privadas. Ésta de Beato Diego será la de mayor capacidad, cuando llegue a construirse.

El proyecto, encargado al arquitecto Francisco Reina (autor de la Escuela de Enfermería de la capital), se ha topado con varios inconvenientes que han motivado un nuevo retraso.

Acuerdo con la Junta

La UCA, propietaria del inmueble, había llegado a un acuerdo con la Oficina de Rehabilitación de la Junta para cofinanciar las obras del nuevo edificio. Del presupuesto calculado en un principio -ocho millones y medio de euros- las subvenciones (entre estatales y autonómicas) alcanzaban los 3,5 millones de euros. En total, el plan preveía 75 alojamientos para 155 plazas, así como 87 plazas de garaje distribuidas entre dos plantas subterráneas.

La idea era respetar tan sólo las fachadas y hacer nuevo el resto del edificio, con planta baja más tres plantas y ático sobre rasante. El problema era que, para no tocar las fachadas, por la parte que da al jardín botánico debía construirse una rampa que diera acceso al aparcamiento.

Ésa fue precisamente la razón por la que la Comisión Local de Patrimonio no dio su visto bueno al proyecto presentado por la UCA. Alegan que la rampa invade el jardín botánico, por lo que habrá que corregir este punto en el proyecto.

Pero además, hay otros problemas. Según explicaron fuentes de la Oficina de Rehabilitación, el próximo PGOU no permitirá, al menos en esa zona, la construcción de dos plantas de aparcamiento, con lo que la UCA verá reducidas el número de plazas. «Aunque con el vigente plan sí se podría hacer, sería una pérdida de tiempo puesto que a la larga tendríamos que volver a modificarlo», explicaron desde la Junta.

Un último escollo que tendrán que salvar las instalaciones es el Nuevo Plan de Vivienda, que establece nuevas medidas mínimas para los dormitorios de pisos protegidos. Así, de los 10 metros cuadrados que se permitían anteriormente se pasa a los 12 metros. En vista de que algunas de las habitaciones no llegan a esos 12 metros, habrá que modificar la distribución y es probable que haya una reducción del número de dormitorios. Sólo la eliminación de la rampa del garaje restará dos habitaciones.

La distribución de las estancias se había previsto con cuartos de baño para cada uno de los cuartos y cocina compartida. Además, en las zonas comunes se establecía un área para capilla, una cafetería, biblioteca, sala de informática y una multiusos.

La intención de la UCA era obtener el mayor número posible de plazas residenciales y también de garajes. De hecho, la Oficina de Rehabilitación, en las conversaciones previas con los responsables de la institución docente, le ofreció dos opciones: hacer zonas comunes más amplias o reducir éstas y dedicar parte de la planta baja a estancias.

Más financiación

Al margen de querer ampliar las posibilidades de alojamiento, también estaba la cuestión de que, cuantas más habitaciones se hagan, mayor es la financiación que recibirá la UCA de los organismos públicos.

Por lo tanto ahora tocará adaptar el proyecto a las nuevas normas y cuando esté listo el estudio previo habrá una nueva reunión entre la Oficina de Rehabilitación y la Universidad de Cádiz, un encuentro que se calcula para el próximo mes de octubre. Después será el momento de presentarlo ante la Comisión Local del Ayuntamiento y seguir el trámite para ver si las obras pueden arrancar en el año 2009.

mcaballero@lavozdigital.es