Barack Obama. / REUTERS
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«España es nuestra aliada en la OTAN»

Obama aprovecha el error de McCain sobre Zapatero para cuestionar su plan de política exterior

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En la calle ni se dieron cuenta. «¿España? ¿Qué ha dicho de España?», se preguntaron sorprendidas tres estudiantes de Política que habían visto el debate en el campus de la Universidad de Mississippi, cuando quisimos saber su opinión. Pero entre los críticos y eruditos que forjan la opinión pública, la inesperada referencia de Obama a la hostilidad que había mostrado John McCain la semana pasada ante un hipotético encuentro con José Luis Rodríguez Zapatero fue uno de los mejores goles del candidato.

Para Ariana Huffington, fundadora y columnista estrella del prestigioso 'The Huffington Post', y una de las cien personas más influyentes según la revista 'Time', «el recordatorio de la metedura de pata de McCain sobre no reunirse con el presidente de España» fue uno de los dos mejores golpes que tuviese Obama en su primer debate presidencial. El otro fue su rifi-rafe sobre Irak.

La primera mención de España que se produce en un debate televisado a la presidencia de Estados Unidos hasta donde nos llega la memoria y los archivos respondía a una avalancha de reacciones entre la izquierda y los intelectuales del país, que durante una semana se han estado pasando por Internet bromas y cortes de audio con la entrevista de una radio de Miami que preguntó al candidato republicano si recibiría a Zapatero.

A McCain le cogió fuera de juego. Pareció confundir a Zapatero con los zapatistas o con cualquiera de los polémicos mandatarios latinoamericanos por los que le habían preguntado momentos antes, y mostró una hostilidad que dejó boquiabiertos a muchos. Como consecuencia, una búsqueda de 'McCain, Spain' en Google arroja un total de 6.5 millones de entradas. En otra entrevista con esta misma emisora, Obama señaló esas declaraciones como prueba de que McCain «quiere seguir con la escuela de Cheney de dictar la política exterior de Estados Unidos en vez de buscar la cooperación».

El jueves recuperó el balón para demostrar ante una audiencia colosal el carácter belicista de su rival republicano.

«El otro día hasta dijo que no se reuniría potencialmente con el primer ministro de España porque, ya sabes, no estaba seguro de si están alineados con nosotros. ¿España?», se preguntó el demócrata. «¿España es uno de nuestros aliados de la OTAN! Si no podemos reunirnos con nuestros amigos no sé cómo vamos a liderar el mundo cuando haya que manejar temas críticos como el terrorismo», le recriminó. Irritado, McCain se defendió con sarcasmo. «No voy a preparar la agenda de visitas de la Casa Blanca antes de que sea presidente. Todavía no tengo el sello (presidencial)». Y automáticamente enlazó el tema con la decisión de Obama de sentarse a dialogar con líderes considerados enemigos de Estados Unidos, como el iraní Mahmoud Ahmadineyad, el venezolano Hugo Chávez o el cubano Raúl Castro.