GENERAL. El Arzobispo, con su báculo de mando. / FOTOPRENSA
Jerez

Las claves del nuevo arzobispado castrense

Monseñor Del Río expuso las directrices de su nueva misión pastoral en su primera homilía

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«Al comenzar este nuevo ministerio episcopal confieso mi fe en Cristo Jesús como lo hizo aquel soldado al pie de la Cruz». Con la solemnidad a la que nos tiene acostumbrados, Monseñor del Río comenzó su homilía viajando hasta el Monte Calvario, donde unos soldados romanos acaban reconociendo la divinidad de Jesucristo. Sin duda, una elegante manera de comenzar, y un claro guiño hacia los que son sus nuevos diocesanos.

No quiso el prelado olvidarse de Jerez en su homilía, a la que agradeció su acogida, pero centró sus palabras en el nuevo ministerio que le ha tocado en suerte, deseando ser «un obispo de todos y para todos, un hermano entre los hermanos, que se gaste y desgaste en llevar a la grey por los senderos de la santidad». Curiosamente, palabras similares a las que pronunció hace ahora ocho años al llegar a la diócesis de Asidonia-Jerez.

La homilía de Del Río habló constantemente de paz y salvación, dos constantes en el discurso de un arzobispo que se ayudó de la Constitución Española para defender sus nuevas competencias, asegurando que no deben ser «entendidas como impedimento para la legítima y necesara separación entre Iglesia y Gobierno, ya que la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas se basa en el derecho del ciudadano a ser atendido por los ministros de la confesión religiosa que profese».

De hecho, defendió en numerosas ocasiones la larga tradición histórica del Arzobispado Castrense, de más de cuatro siglos, ayudado por las recientes declaraciones del Papa Benedicto XVI y de Juan Pablo II, y asegurando que «no es facil la vida de un militar. La defensa de los principios y valores castrenses exige muchos sacrificios y amor a la patria».

Por último, el nuevo arzobispo dejó claro que aunque agradezca los reconocimientos civiles, su principal misión es espiritual, ofreciendo «ayuda y consuelo a los más necesitados y alejados, a la que vez que lleve una palabra de esperanza en las situaciones de dolor, en especial para las familias desgarradas por la violencia y el terror». De hecho, el prelado anunció su primer acto como arzobispo, que le llevará a Segovia para estar con la familia del Brigada Luis Conde de la Cruz, recientemente asesinado por ETA.

Así se presentó Monseñor del Río. Claro y directo como es habitual en él. Y al lado del más necesitado.