Rubalcaba dice que la izquierda 'abertzale' no irá a las urnas para ocultar su debilidad

El ministro del Interior cree que la izquierda abertzale no se presentará las elecciones vascas porque sabe que obtendría malos resultados ante la merma de sus apoyos. Considera que los sucesores de Batasuna tratarán de atribuirse la abstención en los próximos comicios para tapar su «enorme debilidad social».

Alfredo Pérez Rubalcaba no ve factible que la izquierda abertzale intente sortear la ley de partidos con la presentación de listas blancas o de algún partido durmiente porque, con independencia de las dificultades legales que tiene ese camino, es consciente de que «cada vez sus apoyos» son menores. En las elecciones autonómicas de 1998, en plena tregua de ETA, Euskal Herritarrok, la denominación electoral de Batasuna, sumó 224.001 votos; en 2001, bajó hasta los 143.139; en 2005 utilizó la candidatura vicaria del Partido Comunista de las Tierras Vascas, y se mantuvo en los 150.188 sufragios; mientras que en las municipales del año pasado recurrió a Acción Nacionalista Vasca y reunió 73.458 papeletas, aunque que la mitad de las candidaturas fueron anuladas.

El ministro del Interior indicó en declaraciones a la emisora barcelonesa Rac1 que los herederos de Batasuna «tratan de ocultar» la precariedad de su apoyo social y «no quieren contar» votos. Para ello, prosiguió, «se camuflarán en la abstención» para atribuirse el respaldo de todos los ciudadanos que no vayan a votar, sin distinguir entre quienes no votan nunca, la llamada abstención técnica, y los que no lo hacen por disciplina a una consigna política.

Rubalcaba indicó que las estructuras creadas tras la ilegalización de Batasuna están «muy desarticuladas» y los cuadros dirigentes que no están en la cárcel viven en «la clandestinidad» con un problema de «falta de liderazgo», y así «poca política se puede hacer». Con este panorama, agregó, la izquierda abertzale tiene «dificultades para encontrar una estructura» para acudir a los comicios autonómicos que se convocarán, con toda probabilidad, en marzo próximo.

Durante los últimos meses, se barajó la posibilidad de que impulsaran una candidatura aglutinada en torno a los sindicatos nacionalistas ELA y LAB, y dirigentes políticos que han dado señales claras de un desmarque de ETA. Pero esta alternativa se desestimó porque supondría un gesto de rebeldía ante la organización terrorista.