ALEGRÍA. Dos jugadores del Portuense celebran uno de los goles del partido de ayer. / ANTONIO VÁZQUEZ
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El Portuense rescata un punto ante uno de los favoritos de la categoría

Nacho Garrido marcó el tanto del empate definitivo en el último suspiro

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El Portuense sigue gafado y un encuentro que mereció llevárselo acabó con dos nuevos puntos volando del Cuvillo. Aunque no hay que ocultar que al equipo le falta concentración, como demostró en el primer gol encajado. El esfuerzo que hace durante los 90 minutos, se tira por tierra en muy pocos. En el primero encajado la defensa se despistó y, en el segundo, debió hacer algo más el cancerbero local, por muy bien que le pegara Chico.

El Poli reaccionó con el primer gol, que coincidió cuando los locales se atrincheraron para guardar su ventaja en el marcador. En los almerienses las salidas de Nakor y Antoñito influyeron lo suficiente para mostrar mejoría.

No fueron muchos los tiros de los que dispuso el conjunto de Alberto Ferri, en la primera parte, aunque siempre llevó el peso del juego, pero la jugada del minuto cuatro ya fue suficiente para inaugurar el marcador. Hasta dos veces consecutivas se estrelló el cuero en el travesaño de Valerio.

No se recató el Portuense de seguir llevando la iniciativa, lo que consiguió con buena planta sobre el campo, orden y concierto. Los locales dominaban a un Poli Ejido, al que le costaba encontrar la posición en el campo, aunque en las jugadas que llevaba arriba mostraba su calidad, sobresaliendo Cañadas.

Control de juego

Lo almerienses tuvieron un empujón en su juego, sacando dos corner consecutivos en los minutos 16 y 17, que Manu Taranilla supo solventar. Uno más tarde, Jony, el mejor de los locales, envió alto en jugada personal. Los minutos fueron pasando con un Portuense controlado la situación, queriendo llegar arriba por banda izquierda, y un Poli que no apretó el acelerador, con lo que, se llegó al descanso con el empate inicial.

La segunda mitad, comenzó con el delirio de la afición local, por el penalti señalado a favor. Derribo de Chico a Armada, dentro del área, cuyo penalti lanzó magistralmente Rubén Anuarbe al fondo de la portería de Valerio, al que engañó. Empezaban bien las cosas para los locales.

Lucas Cazorla dejó pasar los minutos pero viendo que el partido se le iba, se decidió a realizar dos cambios consecutivos. Sacó a Nakor y Antoñito, y dio muestras de querer ir a por el partido y vaya si lo consiguió.

Eso sí, con la ayuda local. El empate en un desajuste del centro de la defensa, que Nakor totalmente sólo cruzó el balón de un testarazo con la cabeza. Era el minuto 74 y todavía quedaba mucho por delante. La sombra del partido del Cádiz comenzó a asomar por el Cuvillo. Y, los temores se confirmaron. Una falta innecesaria casi a la frontal del área la aprovechó Chico para de lanzamiento directo batir a Manu Taranilla.

Algún que otro espectador decepcionado abandonó las instalaciones, sin saber que todavía le quedaba vida al Portuense. Alberto Ferri había dado entrada a Nacho Garrido por Carrasco a los 66 minutos, y el tiempo que éste estuvo sobre el campo, mordió varias veces el balón. Tuvo Nacho Garrido la justa recompensa con el gol conseguido a falta de dos minutos para la conclusión. Jugada individual del delantero rojiblanco, que dentro del área controló marcó los tiempos y batió cruzado a Valerio.

Un empate, que sabe a poco, y que le debe servir a los de El Puerto para aprender de nuevo la lección. La concentración en un partido no se puede perder, porque se paga muy caro.

Una sensación que incluso el entrenador visitante Lucas Cazorla se encargó de confirmar en rueda de prensa. «Como se ha planteado y se ha visto, las dos mitades las hemos tenido controladas, pero un despiste nos ha costado el empate. Mi impresión ha sido positiva, porque no era fácil pues aunque era un equipo que está ahí abajo está más acostumbrado al campo de césped artificial. Por eso valoro más el punto que el haber perdido dos».