REGRESA a la televisión «para pagarme las deudas». / ANTENA 3
JAVIER RÍOS ACTOR

«No voy a pedir perdón por ser guapo»

El nuevo fichaje de Antena 3 para 'El síndrome de Ulises', que vuelve mañana, será Charly, un motero optimista

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Javier Ríos es el nuevo fichaje de Antena 3 para la tercera temporada de El síndrome de Ulises, que se estrena mañana. El catalán hizo su primera aparición en la película You're The One, de José Luis Garci, aunque fue su trabajo en la serie de televisión Mis adorables vecinos, donde se dio a conocer. A pesar de que la pequeña pantalla no es su hábitat natural, también ha colaborado en Hospital Central. Hable con ella, Noviembre, Días azules y Escuchando a Gabriel son otras de las películas que le han catapultado a la fama.

-¿Cómo ha sido su llegada a una serie tan asentada?

-Fenomenal, estoy encantado. Además, ya conocía a Julián Villagrán y a Juan Manuel Cifuentes. Hay un ambiente genial y desde el primer día me sentí como en casa. Me quedaría toda la temporada, aunque no soy muy de televisión.

-¿Se ha planteado no quedarse?

-Nunca se sabe. Yo me quedaré, mi personaje no lo sé. Aun no está claro si la serie va a seguir o no. En principio se van a hacer cinco capítulos y yo voy a estar una temporada.

-¿Cómo es Charly?

-Un tipo genial. El clásico motero al que le gusta mucho la calle. Es muy noblote y cercano a la gente. Tiene mucha vitalidad y no para quieto, es muy activo. A mí me aporta mucho para la vida, sobre todo me carga de optimismo.

-¿Se parece a usted?

-De todos los personajes que he interpretado es el que más se parece. Consigue sacar lo mejor de mí. Lo que más me llamó la atención es que es un tío muy positivo al que le gusta ayudar. Es de los papeles que más me han gustado.

-¿Qué tal lleva la rivalidad con Ulises por el amor de Reyes?

-Sin problemas. Charly piensa ganar la batalla con naturalidad. Los dos personajes chocan mucho porque el que interpreta Miguel Ángel es un tipo estirado de clase alta, y el mío es todo lo contrario. A Ulises nunca le ha faltado nada en la vida y es muy poco comprometido.

-Tras un tiempo en el cine, ¿cómo lleva la vuelta a la televisión?

-Bien, aunque en un principio a mí no me gustaba. Volver a la pequeña pantalla no me apetecía, pero he aprendido a disfrutarlo.

-¿Qué le hizo decidirse por el guión?

-Desde que trabajé en el filme Casual Day no había hecho ni una sola prueba para un trabajo. El del banco ya no me saludaba. Ésta ha sido una oportunidad para poder pagar mis deudas, entre otras cosas. Después de un periplo en el mundo de la hostelería, decidí que necesitaba volver a trabajar.

-¿En qué momento se encuentra la ficción española?

-No tengo mucha idea porque no veo la tele, pero parece que va cada vez mejor. Al llegar a la serie me sorprendí de los grandes profesionales que hay dedicándose a esto. Muchos de los actores cuentan con una gran trayectoria profesional. Yo pensaba que trabajar en esto era como bajar de nivel, pero no.

-Ha trabajado con José Luis Garci. ¿Cómo fue la experiencia?

-Yo diría que he trabajado con algunos de la talla de Achero Mañas, eso para mí fue un privilegio. Me encantaría estar algún día a las órdenes de Julio Médem, Fernando León, Victor Erice, Adolfo Aristarain e Icíar Bollaín. Son mis referentes.

«Admiro el cine social»

-¿Qué género le gusta más?

-Admiro el cine social. Me gustan los trabajos que aportan algo a la gente, que les sirva para su vida. Apoyo las películas que hacen autocrítica de los problemas cotidianos que nos afectan a todos.

-¿Su físico ha sido un aliado?

-Ser guapo abre puertas, pero lo que más ayuda en este trabajo son las oportunidades. Antes de la película Noviembre nadie me hacía caso. Vivimos en una sociedad con muchos prejuicios donde ser guapo es sinónimo de estúpido. No voy a pedir perdón por ser guapo, es lo que me ha tocado. Aunque haya muchas envidias, tener un buen físico sólo sirve para ligar.

-¿Ser guapo es lo que se lleva?

-Sí, ahora se llevan los abdominales. Lo que vende es tener una buena imagen. Es mejor ir al gimnasio y estar bien físicamente que dar dosis de verdad y personalidad a los personajes.

-¿Le asustan la fama y las fans?

-Yo no tengo fans. Tendré seguidores que admiren mis películas o el anuncio de Coca-Cola, que me dio el empujón a esta industria. Sólo soy un actor que hace películas, no hago portadas de revistas. No me gusta vender mi intimidad.

-¿Cómo recuerda al niño del anuncio?

-Era el más iluso del mundo. Pensaba que podría cambiar el mundo y hacer grandes cosas, pero ya he visto que esto es un negocio. Lo que se ve por la pantalla es todo mentira, sólo un trabajo. Además, ser actor supone mucho tiempo de soledad, de paro y de cuestionarme a mí mismo, pero a la vez es maravilloso.