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La consagración de John McCain

Se parecen en algo los discursos de Sarah Palin y John McCain ante la convención republicana que les confirmó como aspirantes a la Casa Blanca? El reparto de papeles ha sido tan obvio que se diría que no y que la designación de la gobernadora de Alaska y lo que se esperaba de ella fue el resultado de un descarte estricto en procura de votos.

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McCain dejó a Palin el campo expedito de la derecha confesional tras su buena y útil prestación del miércoles, que entusiasmó a los suyos y revigorizó el campo republicano en su conjunto, mientras él se presentó el jueves como un halcón en seguridad nacional, pero un centrista capaz de trabajar con todos y listo para meter en su gobierno a demócratas e independientes que se dejen (tal vez pensando directamente en el senador Joe Lieberman, tránsfuga demócrata, ahora independiente por Connecticut y figura clave en el ascenso de McCain desde el lejano febrero).

Lo probable es que este fin de semana las encuestas acerquen de nuevo a McCain y Obama, quien tras la convención de Denver (también un éxito) alcanzó su primer 50 % en la encuesta Gallup y nueve puntos de ventaja y algo menos en el sondeo Rasmussen. El empate técnico ya entrevisto claramente desde primeros de agosto parece un hecho.

Así pues, concluida esta fase de la campaña con las convenciones cerradas, los partidos teóricamente pacificados y unidos y los vicepresidenciables designados, quedan los programas de gobierno y los debates, que empezarán el 26 de septiembre con un cara a cara Biden-Palin. Si la señora funciona bien frente al acreditado y mordaz senador por Delaware se podrá decir que McCain y su equipo, con Steve Schmidt al frente, habrán acertado con su elección.

Con los programas y después de la exhibición de patriotismo de los contendientes (con Obama jurando que él es un patriota intachable y McCain diciendo que no es más que eso tras el slogan «El país, primero») vendrán las promesas. McCain ha hecho una realmente arriesgada cuando dijo el miércoles que él «sabe cómo atrapar a Bin Laden y que lo hará». Eso es prometer.