Economia

Los incidentes nucleares crecen el 150% en cuatro años pero disminuye su gravedad

Las empresas responsables y el CSN lo atribuyen a una normativa más exigente, pero los ecologistas alertan sobre el nvejecimiento de las centrales

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El sector de la energía atómica vive un verano de muy altas temperaturas a causa de diez sucesos reseñables registrados en el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) por incidentes en las centrales y la propuesta de una multa millonaria a los propietarios de Ascó. No es un fenómeno específico de España. En Francia, la planta de Triscastin ha empalmado un incidente con otro y ha merecido un severo apercibimiento por parte del organismo correspondiente. Esa acumulación de sucesos ha hecho que la inquietud se instale de nuevo entre quienes viven próximos a una central, en un momento en que el debate sobre la energía atómica se ha reabierto en todo el mundo. El registro del CSN, sin embargo, muestra que aunque el número de incidencias ha crecido en España un 150% desde 2004, su gravedad es menor.

En la energía nuclear ocurre como en el transporte aéreo: cuando se produce un accidente, el foco de la atención pública se dirige al sector y cada hecho inusual posterior es magnificado. En el caso de las centrales atómicas españolas, el gran asunto del verano ha sido la propuesta de una multa de cuantía desconocida hasta ahora a Ascó por un incidente sobre el que informó con meses de retraso y cuya gravedad real ocultó. Tanto es así que el CSN le ha asignado un nivel 2 en la escala internacional de 1 a 7. Puede no parecer demasiado alto, pero hay que recordar que la central de Vandellós I fue cerrada a raíz de sufrir en 1989 un suceso de nivel 3.

Durante 2007, el CSN recibió notificación de 96 problemas en las centrales españolas, casi dos por semana. De ellos, uno fue de nivel 1 y otro de nivel 2. Los otros 94 se quedaron en el nivel 0; es decir, sin la menor relevancia en cuanto a seguridad. En la mayoría de los casos, ni siquiera trascendió noticia alguna sobre ellos. La aplicación de criterios más estrictos para la notificación de incidencias hizo que hasta la sede del organismo de control llegaran 32 avisos que en años anteriores no se habrían producido.

«A raíz de eso, las empresas han empezado a dar más importancia a algunas cosas y el número de avisos va a bajar», explica Javier Zarzuela, subdirector de Instalaciones Nucleares del CSN. Las cifras avalan su apreciación: hasta el 29 de agosto sólo se han comunicado 46. Por debajo de los registrados en el mismo período de 2007, pero todavía más que los habidos de enero a agosto de 2006 y muy por encima de los 39 que se dieron en los ejercicios de 2004 y 2005. Ahora bien, ninguna de las habidas este año ha superado el nivel 0, mientras en 2004 hubo 4 incidencias de nivel 1 y una de nivel 2, y en 2005, tres de nivel 1.

Más inversión

El CSN pedirá a las compañías propietarias de las centrales que aumenten sus inversiones en mantenimiento. ¿Son suficientes esas inversiones? Sí en opinión de las empresas. No para Greenpeace y otros ecologistas, que acusan a las compañías de buscar rentabilidad aún a costa de la seguridad. El CSN quiere que nadie baje la guardia, pero al mismo tiempo asegura que la normativa se cumple estrictamente y que las inspecciones son continuas. En cada central, además, hay dos inspectores residentes, que controlan cuanto sucede.