MARCHA. La hora de la cena casi se solapa con el cierre de algunos locales nocturnos. / V. LÓPEZ
Ciudadanos

Las noches, para dormir

Cádiz carece de una oferta nocturna adecuada para el turismo y la patronal propone una vuelta a las salas de fiesta

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La noche en Cádiz no levanta cabeza. Desde hace años, el ambiente nocturno en la ciudad ha dejado de ser un atractivo para vecinos y turistas. Este año, la escasez de oferta se ha visto reforzada con unas cifras de venta pésimas. Según apuntan desde Horeca, en algunos casos, los bares de copas han hecho cajas de 50 euros en una noche de lunes a jueves. La situación mejora algo los fines de semana, pero tampoco como para pensar en un futuro para el negocio de la hostelería nocturna.

Cada vez hay menos lugares donde acudir y la hora de cierre -a las dos de la madrugada para bares y terrazas, y a las tres para pubs- se queda corta para una noche de verano. La situación es compleja, ya que es difícil conjugar el derecho al ocio y el negocio, con el descanso de los vecinos. Aunque, en opinión de Pierre-Louis Raynold, conocido hostelero de la ciudad y dueño de locales nocturnos y un chiringuito-, la oferta no flaquea, sino la política. «A nuestro chiringuito llegan familias enteras a la una de la madrugada, después de cenar y a las dos los estamos echando. Esto no es culpa de los hosteleros, sino de la normativa local», concluyó el hostelero. La situación que viven algunos propietarios de locales nocturnos es tal que muchos se plantean el cierre, aunque algunos «seguimos aguantando», aseguró Raynold, a pesar de que el empleo en estos bares está reduciéndose cada vez más porque para abrir desde las 23.00 horas hasta las 2.00 horas, «no necesitamos a mucha gente».

Desde la patronal hostelera se pide que se retome una figura perdida: la de las salas de fiestas, «donde se sirva una copa de calidad, en un entorno agradable», argumentó el representante de Horeca, Antonio de María. Se trata de volver a algo parecido a aquellos locales de fiesta donde se bebía champán y se «alternaba» hasta la madrugada.

Los pubs de la ciudad cierran a las tres de la madrugada, como muy tarde, y la capital ve cómo los jóvenes se desplazan cada noche hacia localidades con más oferta como Conil o El Puerto. Incluso los turistas de edades medias pasan las noches en blanco en El Puerto, en locales cuya fama llega hasta Madrid.